Martes, 16 de diciembre 2025, 13:41
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«No creo que gane el Oscar, pero estoy muy tranquilo y en paz. He conseguido lo que quería, que era que el público conectara con ‘Sirât’. Ya es un mérito estar en las quinielas con una película tan hacker en estos tiempos de algoritmo. El hecho de que tanto la gente a la que le gusta como la que no hayan hablado tanto de la manera en que lo han hecho para mí es un síntoma de que la película ha hecho bien su trabajo. Las imagenes están haciendo su trabajo de tocar donde tienen que tocar». Son las palabras de Oliver Laxe (París, 43 años) a pocas horas de que se sepa si finalmente la cinta escogida por la Academia de Cine para representar a España pasará el primer corte para llegar a los Oscar.
Desde luego, lo tiene todo de cara. Ya ha recibido dos nominaciones a los Globos de Oro, a mejor película de habla no inglesa y a mejor banda sonora original, así que sería realmente extraño no verla en la ‘shortlist’ de los premios de la Academia de Hollywood. «Siento mucho agradecimiento, vengo de la base, de nadar a contracorriente durante muchos años con muchos proyectos y estoy muy tranquilo. Si mañana se acabara todo… Es que los cineastas somos unos pesados, nos damos demasiados premios. Ya esta bien de ‘Sirât’, ¿no?», bromeaba esta mañana el cineasta gallego en el Museo Reina Sofía, en un acto donde ha presentado ‘HU/هُوَ Bailad como si nadie os viera’, una instalación que permanecerá en el Espacio 1 del Edificio Sabatini del recinto hasta el 20 de abril de 2026 y que está muy relacionada con la cinta que le ha dado a conocer al gran público.
Oliver Laxe, viendo su instalación en el Reina Sofía
Virginia Carrasco
La obra parte del proceso creativo, la investigación y las grabaciones que dieron lugar a la película, reconocida con el Premio del Jurado en Cannes este mismo año. En España se estrenó en junio y fue una de las grandes sorpresas de la temporada. Sensorial, hipnótica y brutal, la historia sigue los pasos de Luis, al que da vida Sergi López, y de su hijo pequeño a su llegada a una rave perdida en medio de las montañas del sur de Marruecos. Buscan a su hija y su hermana, que desapareció hace unos meses en una de esas fiestas, pero al no encontrarla deciden seguir a un grupo de raveros hasta otra celebración que tendrá lugar en el desierto. Con una fotografía y un sonido exquisitos, la cinta ha superado los 8 millones de euros de recaudación en todo el mundo, de los cuales más de 4,8 millones de euros se han recaudado en Francia y más de 2,8 en España.
En todo caso, el autor de películas como ‘Mimosas’ o ‘Lo que arde’ ha dejado claro que desea que esta película llegue lo más lejos posible. «Soy ambicioso, no te lo voy a negar. Ahora mismo está siendo muy bonito compartir la película en Estados Unidos. Es una película que se va a distribuir en 85 países, en salas de cine, en templos. Estoy muy agradecido y es potente y eso significa el legitimarme para mis siguientes películas, equivale a libertad: cuanto más lejos llegue más plantas tendrá el edificio de mi próxima película desde el cual voy a hacer lo mismo que con ‘Sirât’, tirarme de la azotea, que es lo que tiene que hacer el artista. Si con ‘Sirât’ subí 20 plantas, ahora creo que estamos mínimo en 200 plantas y lo que vamos a hacer es lo que necesita la gente, que es que el artista muera antes de morir, que su cuerpo sea un lienzo y se deje atravesar por la obra de arte, que se dé a la obra», afirmaba.
El propio Laxe contaba en una entrevista a este periódico que, a diferencia de España, donde había sido fácil levantar la película, en Europa los productores habían puesto pegas porque «no querían que el espectador sufriera». Cabía preguntarle esta mañana si al ser la sociedad estadounidense más puritana y moralista veía más difícil lograr la estatuilla. «No lo sé. Al mismo tiempo es una sociedad a la que le gusta la excitación y necesita excitarse y ‘Sirât’ es muy sexy y muy excitante», apuntaba divertido. «Yo creo que la película toca algo muy esencial: la muerte, la vida, la familia, ser padres… Los que hemos hecho esta película estábamos total y radicalmente conectados a nuestra herida. Cuando hablo de saltar al vacío estoy hablando de poner tu vulnerabilidad, tu fragilidad y tus medios al servicio de la película», explicaba.
En este sentido, el cineasta de origen parisino asegura que el principal obstáculo de un artista no está en los bajos presupuestos o en las limitaciones sino en uno mismo. «Se trata de mantener el gesto artístico, sin engañarte, y efectivamente la realidad me estaba diciendo: ‘Tío, esta película que estás haciendo es muy peligrosa. Puede que te estés inmolando y que sea tu última peli’. Me lo estaba diciendo la realidad y no hay nada peor para mí que no ser entendido. Afortunadamente, se ha demostrado que la película tiene luz. Es duro mirar adentro, seguir el ritual, la ceremonia, pero gracias a ello te revivificas. Creo que se nota que yo camine el proceso de la película acompañado del miedo y sin ocultarlo, sabiendo que atravesaba un hilo y que sea lo que Dios quiera«.
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Enlace de origen : Oliver Laxe: «No creo que gane el Oscar, pero estoy en paz y tranquilo»
