Otra victoria mentirosa del Madrid bañada en pitos

Sábado, 20 de diciembre 2025, 23:14

| Actualizado 23:43h.

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En otra noche deslucidísima, el Real Madrid ganó tiempo pero no crédito con un triunfo mentiroso que ni mucho menos disipa la borrasca. Un gol de Bellingham a la salida de una falta lanzada por Rodrygo, otro de Mbappé transformando un penalti cometido sobre el ’11’, las paradas de un Courtois de nuevo estratosférico y los cruces de cables de Marcao, que dejó a su escuadra con uno menos a resultas de dos entradas extemporáneas, tumbaron a un Sevilla que se mostró mucho más sólido, ordenado y peleón que el mustio equipo que dirige Xabi Alonso y dieron tres puntos a los blancos que resultaban vitales para que el guipuzcoano mantuviese un hilo de vida, pero que no alejan la guillotina de su cuello.

Los pitidos del Bernabéu, al inicio, a la mitad y hacia el final de la enésima actuación desafinadísima de su equipo, con Vinicius como principal señalado a título individual cuando Xabi Alonso le relevó para dar paso a Gonzalo, mantienen en la cuerda floja al guipuzcoano, incapaz de corregir los desmanes de sus desaplicadísimos pupilos.

En medio de la tormenta, el técnico parece haber encontrado al menos un once de referencia, a falta de mover piezas una vez se aligere la enfermería y no haya sanciones de por medio. En el mismo se posicionan Arda Güler y Bellingham pese a que mezclan como el agua y el aceite, y también Rodrygo en condición de importantísima tercera asta de un tridente ofensivo liderado por Mbappé y completado por Vinicius.

El crack de Bondy cumplía este sábado 27 años y quería festejar el aniversario pulverizando el récord de 59 goles en año natural que estableció Cristiano Ronaldo con la camiseta del Real Madrid en 2013. Lo consiguió a duras penas en una noche que no fue la suya ni la de sus compañeros.

Se trataba de un partido clave para el evitar que el incendio se desbocase, pero el Real Madrid salió con una caraja monumental que pudo costarle carísima. Primero fue un error grosero de Huijsen el que abrió pista a Isaac Romero, aunque el central se repuso a tiempo para cerrarle el hueco a al delantero. Casi a renglón seguido, el lebrijano desperdició una ocasión pintiparada tras otro fallo en la salida del Real Madrid. Y Alexis Sánchez se resbaló cuando se disponía a armar la pierna, después de que Juanlu retratase en carrera a Huijsen, reincidente en el delito. Los avisos de que el Sevilla no había ido de paseo al Bernabéu se sucedían para enfado de un Bernabéu mostró su disgusto con la negligente actitud de los blancos haciéndoles objeto de silbidos recurrentes.

Precipitado en la construcción, el Real Madrid respondió a base de chispazos. Uno de Rodrygo dejó mano a mano a Fran García con Vlachodimos, que cerró el paso al lateral manchego. Otro de Mbappé acabó con un disparo cruzado del francés que salió desviado.

El duelo de esgrima duró quince minutos y dejó malparado al Sevilla, que no pudo plasmar su superioridad arañando a su adversario con una punta roma y que acabó enredándose con la indisciplina. Carmona se ganó una amarilla con una protesta absurda que le dejó condicionado en la marca de Vinicius y Marcao se llevó otra por una entrada brusca sobre Rodrygo que preludió el tanto que puso por delante al Real Madrid, fruto de la falta que botó con seda el propio Rodrygo y que permitió a Bellingham presumir de pértiga. Para colmo de males, el técnico del Sevilla, que ya había visto la amarilla revolviéndose contra el árbitro, perdió de nuevo los nervios en el intermedio y resultó expulsado. Solo el resultado favorecía a un Real Madrid pasota en la presión y transparente de nuevo en el centro del campo.

Alma en pena

Volvieron de la caseta con intenciones más aviesas los blancos, que dispusieron de dos grandes oportunidades para doblar la renta en las botas de Mbappé. La primera volvió a marcharse cerca del palo largo; la segunda se estrelló contra Vlachodimos. Gozó también el Sevilla de las suyas, pero ni Alexis Sánchez ni Isaac Romero, ambos por dos veces, pudieron salvar la muralla que levantó Courtois, como tampoco Alfon en el epílogo del choque. El belga tuvo que agigantarse para sostener a un Real Madrid al que no le quedaba más remedio que aceptar el toma y daca por su incapacidad para gobernar el pleito.

Tuvo la suerte el Real Madrid de que el Sevilla le echó un cable con la expulsión de Marcao, que no contento con pasarse de revoluciones ante Rodrygo reincidió ante Bellingham. Con uno más sobre el césped, pudo sentenciar el Real Madrid con un remate a la media vuelta de Rodrygo que abortó Vlachodimos, pero incluso en inferioridad numérica el Sevilla logró subírsele a las barbas a un conjunto incorregible que sigue caminando como alma en pena con destino a ninguna parte por más que Mbappé maquillase el marcador para igualar a Cristiano.

William Abrego

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