El estudio murciano Santa+Cruz Arquitectura, con más de 50 años con las puertas abiertas de par en par, ha sido reconocido este mes con … el Premio Mapei a la Arquitectura Sostenible 2025 por su proyecto para la sede de VRIO, en Molina de Segura, en la categoría de edificio o equipamiento de uso público o colectivo. El galardón, referencia en arquitectura sostenible aplicada a entornos corporativos y en innovación dentro de la arquitectura para empresas, se suma a una notable trayectoria de la sociedad fundada en 1975 por el veterano arquitecto murciano Juan Antonio Santa-Cruz Alemán, quien ya desde sus inicios destacó por su calidad técnica y por sus compromisos éticos.
Entre los múltiples premios recibidos destacan los Germán Design Awards y la Bienal Iberoamericana del Diseño, el Premio Regional de Arquitectura de la Región de Murcia por Bodegas Viña Elena en Jumilla y otros reconocimientos otorgados por el CSCAE, la BEAU y ArchDaily. En esta ocasión el jurado valoró la capacidad del edificio de VRIO para transformar un polígono industrial tradicional en un entorno más eficiente, saludable y conectado con su paisaje. Este proyecto de VRIO resultó finalista en los Premios ARQUITECTURA 2025 organizados por el CSCAE, ha sido seleccionado por la XVII Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo y el Premio Regional de Arquitectura a la Nueva Edificación.
Más de 50 años promoviendo una arquitectura responsable, ética y respetuosa con el territorio. «Nuestro enfoque se guía por una visión alineada con las necesidades contemporáneas y por un lema que define nuestra práctica: ‘Vive como piensas’. Creemos que la arquitectura debe mejorar la vida de las personas, activar el territorio y generar un impacto positivo y duradero en la sociedad», reflexiona Juan Antonio Santa-Cruz, en cuyo equipo está acompañado por sus hijos Toño (gerente) y Carmen Santa-Cruz García (directora creativa), también arquitectos, y por las parejas de estos: Beatriz Lorente Martínez (directora de desarrollo) y Javier Esquiva López (director técnico y de investigación).
Una empresa familiar en la que todos aportan para mejorar; todos son importantes. «Cuando nos enfrentamos al diseño de un proyecto, cada elemento debe trascender lo estético y contribuir de manera activa a los objetivos de sostenibilidad y economía circular», opina Carmen, quien tiene como máxima la calidad arquitectónica, el respeto al medioambiente y la innovación. Proyectos tan variados como el Museo de la Catedral de Murcia, la Finca Buenavista, el Club Cordillera, el complejo empresarial ExpoMurcia, así como miles de viviendas en edificios tan reconocibles como el Edificio España II (antiguo Mapfre), Edificio Mesa del Castillo (Marqués de los Vélez) y Edificio Libertad (Plaza Díez de Revenga), llevan la firma de Santa+Cruz Arquitectura, así como el Edificio Baltasar (Plaza González Conte, Murcia), el acondicionamiento del Molino de la Pólvora y su entorno en Rincón de Beniscornia (Murcia), la sede de la empresa Tuflesa y el acondicionamiento y señalización de la Ruta 01: ‘La Aljufía. Murcia-Azud de la Contraparada’, entre tantos.
Juan Antonio Santa-Cruz y su equipo con el premio Mapei por VRIO.
Juan Antonio Santa-Cruz y Toño Santa-Cruz conversan con LA VERDAD antes de finalizar este 2025 de buenas noticias para el estudio.
–¿Tienen la impresión de que, sin querer, han hecho magia?
–Toño: Sí, sí, totalmente. Sin querer hemos hecho algo mágico. Gestionar el estudio como una empresa ha sido un antes y un después total. A eso se ha unido la incorporación de nuevos talentos, y así hemos llegado a ese ‘dream team’.
–Juan Antonio: Cuando yo terminé la carrera monté este estudio. Era 1975, y no era yo solo. Era un estudio que había, de otro arquitecto, Luis Quesada, que lo montó con otro compañero. Nos encontramos muy bien allí todos, y seguimos colaborando con la idea de incorporarnos. Pero meses antes de terminar nosotros la carrera, a este hombre le surgió otra oportunidad de trabajar en una empresa e iba a cerrar el estudio. Felipe Iracheta y yo hablamos con él para que el estudio tuviera continuidad. Y en ese momento estaba haciendo él el proyecto del edificio España II, donde estuvo Mapfre mucho tiempo, y ya lo hicimos juntos. Con Iracheta seguí hasta 1987, cuando él consigue la plaza de funcionario en la Comunidad Autónoma. Y mi hijo Toño se incorporó en el año 2006.
–¿Cómo llevan eso de trabajar en familia: hijos e hijos políticos?
–Toño: Somos cinco arquitectos en el estudio, y los cinco familia, efectivamente. Carmen es la sensibilidad y el diseño, Javi es la capacidad de ejecución, Bea es el juicio crítico y es capaz de ver todo lo que nadie se plantea. Yo llevo la parte de gestión principalmente, la parte comercial y de relaciones, salir fuera del despacho, yo soy el sociable, vamos. Mi padre es el apoyo y la experiencia, la sabiduría, con una capacidad extraordinaria para resolver cualquier cosa. Pero el colmo es que mis tres hijos (16, 14 y 9 años) quieren estudiar los tres Arquitectura. Ya estamos empezando a plantearnos la gestión como empresa familiar, con un protocolo.
–Juan Antonio: ¡Y yo no he hecho nada porque ellos estudiaran Arquitectura! Mi hija mayor no hizo Arquitectura, es filóloga inglesa.
«Somos cinco arquitectos en el estudio, y los cinco familia, efectivamente. El colmo es que mis tres hijos (16, 14 y 9 años) quieren estudiar los tres Arquitectura»
Toño Santa-Cruz
–Juan Antonio, ¿y la jubilación?
–Ahora es cuando más estoy disfrutando de la profesión, con cuatro ‘hijos’ alrededor todo el día, y disfrutando de lo que me gusta.
–Parece todo de color de rosa…
–Toño: Lo cierto es que esta profesión es muy absorbente, muy estresante a este nivel. Cuando haces proyectos singulares y proyectos que se salen de la norma surgen mil cuestiones a resolver.
–Juan Antonio: En este caso, Javier, mi yerno, es un fuera de serie en la ejecución de proyectos. Va por delante, porque hay que ir por delante, un poco llevando de la mano al constructor para que haga las cosas con cariño y para entenderse con los oficios. Llega hasta el más mínimo detalle, y si puede mejorar el proyecto, lo mejora.
–Juan Antonio: Es verdad que Javier es el que más disgusto se lleva de todos. Porque es el que está en la obra luchando. En la obra y no solo en la obra, porque también proyecta. Pero Javier hace su papel de maravilla, y es bonito ver cómo cada uno coge su parcela.
Accidente
–Toño, un accidente de coche en el Puerto de la Cadena le cambió la vida hace unos años.
–¡Fue por mirar el móvil, un desastre! Me vi tirado en la carretera y pensé que me moría. Yo estaba en mi trance, despidiéndome de la vida, y una persona que pasó y paró me dio la mano, esa persona fue el escultor yeclano Lidó Rico, a quien yo no conocía en ese momento. Hoy nos une una gran amistad, y mi padre ha puesto ahora su mano en el mural escultórico que celebra los 1.200 años de la fundación de la ciudad de Murcia. Antes mi sueño era construir la torre más alta de Murcia, ahora tengo otro concepto de la vida: mi sueño profesional es transformar Murcia y que vuelva a ser un vergel. La ciudad está arrasando con la huerta, y sería precioso conseguir que volviéramos habitar un vergel. Eso tiene más que ver con un proyecto de regeneración urbana a escala de ciudad. La forma de consumir la ciudad que tenemos es completamente insostenible. Ya lo hemos aprendido, no hace falta que pongamos en duda el cambio climático. Necesitamos desterrar casi por completo el transporte privado de las ciudades, y reducirlo a la mínima expresión.
Toño Santa-Cruz García y Juan Antonio Santa-Cruz Alemán, en su estudio de Murcia.
Nacho García
–¿Cuál es el mayor reto para ese cambio de mentalidades?
–Toño: Tiene que ver con los tres pilares de la sostenibilidad: el ambiental lo tenemos asumido, el económico también porque la economía nos afecta a todos, y en lo social es donde está el mayor reto de este siglo. Hay que tomar la conciencia de colectividad, de dejar de vivir desde el individualismo pensando en la comodidad y abrazar, entender, tomar conciencia, de la vida en comunidad. Pero para eso hay que renunciar a privilegios adquiridos. El espacio público no lo entendemos como espacio de comunidad y de relación, solo para aparcar vehículos privados. Es una utopía, pero mi utopía supone cambiar el concepto de espacio público y vivir en simbiosis con la naturaleza.
–Juan Antonio: En Los Alcázares, por ejemplo, se ha pensado una estrategia previa al plan general para cambiar el modelo de urbanismo pensando en la renaturalización y la movilidad. Por ahora lo han hecho muy bien allí.
«El espacio público no lo entendemos como espacio de comunidad y de relación, solo para aparcar vehículos privados. Es una utopía, pero mi utopía supone cambiar el concepto de espacio público y vivir en simbiosis con la naturaleza»
Toño Santa-Cruz
–¿En sus sueños cabe otro mundo? O la realidad se parece bastante a esos sueños que tienen.
–Toño: Hay que despertar muchas conciencias y consciencias. Nuestro trabajo es como el de los directores de cine: queremos trabajar la arquitectura y que la gente entienda nuestro mensaje en cada proyecto. Cada edificio es un mensaje que lanzamos. Este edificio de VRIO intenta hacer ver que en un polígono industrial las cosas no tienen por qué ser feas, porque puede haber belleza, y se puede trabajar a gusto dentro. De puertas para adentro puedes hacer un oasis en cualquier sitio.
–Juan Antonio: Hicimos una casa, la Casa Vergel, para un señor jubilado cuya ilusión era vivir en la huerta y cultivar sus cosicas. Pero la mentalidad práctica le llevó a renunciar a aquello porque vivir en la ciudad tiene otras ventajas, y lo que hicimos fue transformar un piso convencional, al lado de la Universidad de Murcia, en el centro de la ciudad, en una casa vergel para que él pudiera seguir cultivando y que eso fuera parte del ambiente de la decoración. Salió ese proyecto en la serie de Arquitectura un verano en LA VERDAD.
Interior de la empresa VRIO en el Polígono Industrial La Polvorista de Molina de Segura.
David Frutos
Buenos clientes
–Esa ola de sostenibilidad y belleza que ha llegado nueva al Polígono Industrial La Polvorista en Molina de Segura con VRIO, ¿qué reacciones ha despertado?
–Juan Antonio: En el entorno más inmediato todavía no ha habido cambios, pero lo cierto es que el edificio se ha hecho conocido.
–Toño: En ese mismo polígono están compañeros de profesión con los que tenemos excelente relación, como CartonLab y Moho Arquitectos (Carlos Abadía Suanzes-Carpegna, Nacho Bautista Ruiz y Pablo García Mora), y nos llamaron para darnos las gracias por haberles mejorado la calle, el entorno. Quedamos con ellos allí, visitamos el edificio, lo vimos juntos y se lo explicamos. Este edificio se podía haber vallado en su alineación de fachada, y, sin embargo, hacemos una zona verde que la damos al entorno, a la ciudad, y el cerramiento está en la propia fachada retranqueada.
«Hay un problema en las ciudades, que necesitamos densificarlas, porque si no densificamos la ciudad vamos a seguir extendiéndonos, y ocupando territorio, y arrasando con la huerta»
Toño Santa-Cruz
–Juan Antonio: Dentro se han creado una serie de patios, unos exteriores, dentro de esa fachada pero fuera del propio edificio cerrado, y otro interior, dentro, para crearles un entorno agradable dentro de ese cerramiento. Porque ante una cosa tan inhóspita queríamos hacer un filtro que sirviera de separación con el exterior, pero que no fuera opaco, sino que tuviera transparencia y que les creara un paisaje propio dentro.
–Toño: Es muy difícil hacer buena arquitectura sin un buen cliente, y nosotros hemos tenido suerte. Porque VRIO nos ha dejado hacer lo que hemos creído, porque veían también el beneficio. La estrategia de diseño de este edificio era mejorar la salud y el bienestar de su personal, y mejorar el entorno. El edificio ha creado un impacto positivo para todos.
Nueva sede de STV
–Uno de los proyectos en los que participan actualmente es el diseño de la nueva sede de STV.
–Toño: Sí, estamos con ello. Todo ha sido a raíz del proyecto para VRIO. Ellos están ahora en el edificio JC1 de Murcia, pero quieren marcharse al edificio mítico de Cajamurcia en Juan Carlos I, donde tenían el centro de datos [en el entorno de la rotonda ‘Mantis’, de Miquel Navarro]. La idea es hacer un icono de la arquitectura sostenible.
–Juan Antonio: Vamos a mantener todo lo posible el edificio original, que está muy bien, de dos compañeros que queremos muchísimo: uno ya murió, Enrique Carbonell, y el otro, José María Torres Nadal, va a recibir en breve el Premio Regional a la Trayectoria de los Premios Regionales de Arquitectura. Queremos que se siga viendo el lenguaje que tiene el edificio, y, sin cambiar eso, renovarlo por completo. De modo que es un gran reto. El lenguaje de composición de la fachada, con un módulo muy repetido dentro de una trama general, es perfectamente aprovechable. Es mantener ese lenguaje, pero con otro contenido. Se va a seguir reconociendo.
El edificio ‘Baltasar’ de González Conte
–El edificio ‘Baltasar’ de la plaza González Conte, en El Carmen (Murcia), desató comentarios, y no todos fueron favorables. La arquitectura genera debate.
–Toño: Para nosotros, la arquitectura es responsabilidad, y nos planteamos si era responsable ponerle dos plantas encima a un edificio con una fachada neoclásica. Hay un problema en las ciudades, que necesitamos densificarlas, porque si no densificamos la ciudad vamos a seguir extendiéndonos, y ocupando territorio, y arrasando con la huerta. Las oportunidades de densificar la ciudad son pocas, y creemos que hay que aprovechar cualquier oportunidad que haya. En este proyecto aceptamos este reto.
«La arquitectura es nuestro medio de expresión, y yo personalmente quiero explorar la prefabricación; pienso que el futuro irá por ahí»
Juan Antonio Santa-Cruz Alemán
–Juan Antonio: Hay una cosa a tener en cuenta, de cara a mantener el patrimonio, si no hay una rentabilidad económica nadie va a querer intervenir en patrimomio.
–Toño: Queríamos hacer algo completamente abstracto. Son dos fachadas de vivienda, de épocas diferentes, y convencimos al promotor de que renunciara al vuelo, al aprovechamiento que le daba volar la primera planta que se superpone, que se retranqueara, que se mantuviera la cornisa y la barandilla. Y volar solo en la siguiente planta, con una fachada de acero inoxidable tipo espejo, que reflejara el cielo, y poner encima un material que descontextualizara completamente de lo que puede ser una vivienda. Por eso utilizamos las cuerdas. Pero hay gente a la que no le ha gustado, y a otros sí; todos no podemos tener la misma opinión.
Bullas, Águilas, Cartagena, Macael…
–¿Dónde les veremos en 2026?
–Toño: Estamos trabajando en varios proyectos importantes para nosotros. Una rehabilitación bioclimática en Águilas, la Casa Ruano, en el centro de la ciudad, que será sin duda nuestro proyecto más emblemático, donde planteamos un tema interesante respecto a la rehabilitación del patrimonio: hacer que los edificios contribuyan a la sostenibilidad de bajos consumos energéticos y adaptados a las necesidades actuales. Tendrá un invernadero bioclimático en la cubierta, y mantendrá arquitectura clásica con la arquitectura de la sostenibilidad. Estamos trabajando igualmente en la villa romana de Los Cantos de Bullas, la Casa del Niño de Cartagena y la restauración de la cantera de Macael.
–Juan Antonio: ¡Cada proyecto es más bonito que el anterior! Tenemos más capacidades. Cada proyecto nos enriquece. La arquitectura es nuestro medio de expresión, y yo personalmente quiero explorar la prefabricación; pienso que el futuro irá por ahí.

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Enlace de origen : Santa-Cruz: «Con cada edificio lanzamos un mensaje. En un polígono las cosas no tienen por qué ser feas, y puede haber belleza»