La cuestionable estructura de la futura Política Agraria Común, los acuerdos comerciales de la Unión Europea con Marruecos o Mercosur, la falta de relevo generacional, … la concentración de tierras y explotaciones en manos de grandes fondos de inversión y el incremento de las plagas y enfermedades en cultivos y granjas han propiciado en los últimos años una tormenta perfecta sobre el sector agrario de la Región de Murcia. El modelo de explotación profesional y tradicional que impera en el 70% del territorio regional se ve amenazado por lo complejo que resulta lograr y mantener una viabilidad económica de las mismas.
La mayor carga burocrática que asumen las pequeñas y medianas empresas, muchas familiares; el inminente recorte al Trasvase Tajo-Segura y el temor a perder la concesión de agua de pozos; la sequía o la falta de atractivo de algunos seguros agrarios son otros problemas añadidos con los que convive el campo regional. «Estamos ante una situación muy grave en el tejido socioeconómico de las áreas rurales, propiciadas por el abandono de la tierra en muchas zonas donde la rentabilidad no llega», advirtió este martes José Miguel Marín, presidente de COAG Murcia, durante el balance anual de la organización.
Este año, los peligros que remueven los cimientos del sector agrario murciano nacen en Bruselas, con la reforma de la PAC para 2028 y el inminente cierre del acuerdo entre la Unión Europea y Mercosur. El recorte de más de un 20% de las ayudas directas a la agricultura y la creación de un fondo único donde los productores tendrán que pelear por el dinero de Bruselas con otros sectores ha encendido la mecha. La UE «ha escogido una dirección absolutamente equivocada en cuanto a la gestión de lo que es la agricultura y la ganadería europeas», señaló Marín, quien acusó a la Comisión Europea de no defender al sector primario europeo.
La lucha por los fondos de cohesión, a los que no tendría acceso ni el Ministerio de Agricultura dentro de ese proceso de renacionalización de la PAC que busca Bruselas, terminaría para el dirigente de COAG con la ‘C’ de «común» de la PAC. Sin embargo, a la organización le preocupa más estos días el resultado de la negociación para cerrar el acuerdo de libre comercio con el bloque de países sudamericanos (Brasil, Uruguay, Paraguay y Argentina): «No nos tragamos las cláusulas de salvaguarda porque ya han fracasado en otros intentos» de la UE como en la alianza con Marruecos, donde los contingentes que se importan desde el país africano son mayores a los permitidos y además se realiza un mínimo control esos volúmenes. Marín avisa de que productos como los quesos, cítricos o la carne de producción murciana se verían perjudicados.
La reforma de la ley del Mar Menor, una «modificación interesante»
Bruselas no ha dado garantías todavía al campo de impulsar con contundencia las cláusulas espejo para terceros países. «Hemos puesto de manifiesto muchísimas veces la demagogia con la que está gestionando la Unión Europea, desde el punto de vista del libre comercio, mientras que a los productores europeos, españoles y murcianos nos atosigan con normativas todos los días, y cada vez más restrictivas. Mientras, en paralelo, se firman acuerdos de libre comercio como es el caso de Mercosur o Marruecos», explica.
En el ámbito de las normativas, COAG ve con buenos ojos la propuesta del PP de sacar el régimen sancionador de la ley del Mar Menor y de adaptarlo a la ley estatal de nutrición de suelos sostenibles empleando para ello un reglamento: el programa de actuación para las zonas vulnerables a la contaminación por nitratos del Campo de Cartagena. «Pensamos que es una modificación interesante que aporta una mayor equidad en cuanto al resto del territorio nacional y es algo que ya veníamos exigiendo hace mucho tiempo», comentó Marín, que está a la espera de analizar el nuevo plan antinitratos para la cuenca de la laguna.
El presidente de COAG Murcia analizó también la situación de la cuenca, donde existe preocupación por la «decisión política» de reducir los trasvases desde el Tajo de cara a los dos próximos años por la subida de los caudales ecológicos, pero también por la imposibilidad de sustituir a corto y medio plazo el agua de los pozos que se cierren por sobreexplotación por agua desalada. José Miguel Marín pidió a la Confederación Hidrográfica del Segura que reconsidere aprobar regadíos sociales para el cuarto plan de cuenca e incrementar las infraestructuras de almacenamiento de agua en la Región. «Sin ninguna duda, nuestros gobernantes tienen que avanzar hacia un plan nacional del agua», pidió.
Plagas y enfermedades
COAG también ha demandado al Gobierno regional recuperar las Agrupaciones para Tratamientos Integrados en Agricultura (ATRIA) para hacer frente “a la mayor amenaza de las últimas décadas” en la sanidad animal. Estas instituciones son las homólogas a las agrupaciones de defensa sanitaria en las cabañas ganaderas que desaparecieron y que hoy, más que nunca, tendría sentido su vuelta en la Región de Murcia. Los trips, la avispilla, el avispón oriental en los cultivos hortícolas o leñosos, o la lengua azul, la gripe aviar o la dermatosis nodular en la ganadería, son plagas y enfermedades con más presencia que nunca en la actividad agrícola y que ya causan un problema en la producción de carne y huevos y una crisis de precios.
La organización demandó ayudas para las explotaciones que se vean afectadas, pero también para implantar medidas en bioseguridad que las hagas más resistentes a estas enfermedades. Los sectores del ovino, caprino, vacuno y avícola han tenido “buenos precios” este año, pero sí se ha detectado una “importante reducción de la cabaña de ovino y caprino” por las muertes de animales a consecuencia de la lengua azul en la comarca del Noroeste y Lorca. La gripe aviar está “poniendo contra las cuerdas a las explotaciones avícolas”, mientras que los positivos en jabalíes de Barcelona en peste porcina africana ha conllevado una bajada del precio de la carne de cerdo. El impacto económico se cuantifica en pérdidas de 30 euros por animal, “lo que está afectando de manera notable a la rentabilidad del sector”.
Mano de obra cualificada
La tasa de relevo en el campo es insuficiente pese a las estrategias que impulsan Bruselas, España y las comunidades autónomas. Las ayudas de la PAC son “absolutamente insuficiente porque estamos abocando a los jóvenes a un sector que está en pérdidas en muchos de sus subsectores y que tiene unos problemas enormes en cuanto a la aplicación normativa y viabilidad de su explotaciones”, explicó Marín.
Al respecto, la coordinadora ve positivo las flexibilizaciones en materia de inmigración para incorporar a más personal al trabajo de campo, pero el problema está ahora en la profesionalización del sector. “Necesitamos cualificar a la gente” porque “no tiene mucho sentido que tengamos una presión migratoria importante y con muchas personas que quieren trabajar, pero no pueden hacerlo”.
El relevo, señaló Marín, debe hacer frente a los grandes recursos que tienen las multinacionales del agro, que terminan por espantar las posibilidades de que se queden al mando de las explotaciones con larga tradición familiar. “Sabemos que la población activa dedicada a la agricultura va a bajar, seguramente igual que en otros sectores de la economía. Tenemos que asumir que van a ser menos, pero tenemos que hacer el esfuerzo en que estén formados y apoyados”, por lo que pidió un cambio en el sistema educativo, dejar de lado los actuales cursos “obsoletos” y apostar por cualificar a los jóvenes como empresarios agrarios.
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Enlace de origen : La política comercial de Europa o la caída del modelo tradicional agrícola: el campo regional no se deshace de sus fantasmas
