Miércoles, 24 de diciembre 2025, 07:34
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Felipe VI aprovechó su tradicional discurso de Nochebuena, el duodécimo desde que accedió al trono, para alertar de la «inquietante crisis de confianza» que afecta seriamente al ánimo de los ciudadanos y a la «credibilidad de las instituciones» ante la explosión de casos de corrupción, que salpican al actual Gobierno de Pedro Sánchez y al PSOE, o la insólita condena al fiscal general del Estado. El Rey apeló al diálogo y a la convivencia democrática en un contexto «convulso» caracterizado por el cada vez más encarnizado enfrentamiento político y advirtió de que los extremismos y populismos «se nutren de esta falta de confianza» que percibe existe en estos momentos. «No basta con recordar que nosotros ya hemos estado ahí, que ese capítulo de la historia ya lo conocemos y que tuvo –señaló– consecuencias funestas».
En su mensaje, con un sello más personal de todos los que pronuncia al año, el monarca llamó este miércoles a reflexionar sobre las «líneas rojas» que no se deben de cruza, como el «diálogo», porque las soluciones a los problemas requieren del concursode la responsabilidad y el compromiso»; el «respeto», la «ejemplaridad» en el desempeño del conjunto de los poderes públicos; la «empatía» y la necesidad de situar la dignidad del ser humano, sobre todo de los más vulnerables, en el centro de todo discurso y de toda política.
En estos once años, Felipe VI ha defendido la convivencia democrática como un pilar fundamental, enfatizando la necesidad de educar en valores y el diálogo para fortalecerla frente a la polarización, y recordando a su vez el papel de la Corona en la Transición y en la construcción de la democracia. «Quienes encauzaron aquel proceso lograron que finalmente el pueblo español en su conjunto fuera el verdadero protagonista de su futuro y asumiera plenamente su poder soberano. Aun con sus diferencias y sus dudas supieron salvar sus desacuerdos y transformar –puso en valor en los diez minutos que duró su intervención– la incertidumbre en un sólido punto de partida, sin tener la certeza de lograr lo que buscaban». Un proceso del que se cumplió este año medio siglo y que alumbró la Constitución de 1978, que ha guiado hasta ahora y sigue guiando su reinado.
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El camino hacia la democracia
En su mensaje, don Felipe hizo referencia a otra efeméride de la que se cumplieron en junio 40 años: la firma del tratado por el que España ingresó en las Comunidades Europeas y cuya rúbrica se llevó a cabo en el Salón de Columnas del Palacio Real, desde donde se dirigió esta Nochebuena a los españoles. Un paso, rememoró, «decisivo, ilusionante y movilizador» que trajo para el país «modernización y progreso económico y social» y que afianzó «nuestras libertades democráticas».
A esa generación que recuerda la Transición y a las que no la vivieron pero «han nacido y crecido en democracia y libertad», don Felipe se quiso dirigir también esta noche para hacer suyos su problemas y los desafíos a los que se enfrentan como el aumento del coste de la vida; los problemas para acceder a la vivienda; la incertidumbre laboral o los fenómenos climáticos. A estos desafío, dijo, se suman el «hastío, el desencanto y la desafección» que provoca la «tensión» en el debate público, en otro tirón de orejas –siempre dentro de las limitadas competencias que le concede la Carta Magna– por el exceso de ruido en el debate político.
Avanzar unidos y en la misma dirección
El Rey reconoció también que los caminos fáciles «no existen» y apeló a los españoles a seguir enfrentando los desafíos unidos y a «avanzar en la misma dirección», no a «correr a costa de la caída del otro», para combatirlos. «Hagámoslo con la memoria de estos 50 años y hagámoslo con confianza», dijo.
Defendió que España está llena de iniciativa y de sensibilidad, además de destacar la «capacidad de trabajo», el «sentido de la justicia y de la equidad» y la apuesta por el talento. Y advirtió, antes de despedirse en todas las lenguas cooficiales, de que el miedo «solo construye barreras y genera ruido» y que son esas barreras y ese ruido, remarcó, los que «impiden comprender la realidad en toda su amplitud».
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Enlace de origen : El Rey alerta de la «crisis de confianza» y de las «líneas rojas» que no hay que traspasar y pide «ejemplaridad» ante la corrupción
