Jueves, 25 de diciembre 2025, 13:20
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Gracias a la Nochebuena, cuando estéis leyendo esta reseña habréis tenido el Almax en la mesilla, las sentencias inapelables del cuñado en la cabeza, y la sonrisa de ganador del Gordo de la lotería en la boca. Descansar de todo eso es la causa de que se os esté poniendo cara de tarde de cine.
El primero de los estrenos de Nochebuena fue una película que venía con el aval de ganar el León de Oro en el Festival de Venecia (a pesar de lo cual es legible) y dirigida por uno de los tótem del cine independiente americano, Jim Jarmush. Hablamos de ‘Father mother sister brother’ (se agradece que por una vez los que traducen títulos al español no hayan subestimado la inteligencia del espectador), que a veces resulta divertida y a veces reflexiva, en la que Jarmush hace de hombre orquesta al ser responsable también del guion y la música.
Es un largometraje muy adecuado para estas fechas, porque trata de esa institución contradictoria, claustrofóbica y liberadora, que es la familia. Son tres relatos de tres encuentros entre los miembros de distintos clanes, donde sin llegar al encarnizamiento de ‘Agosto’ (2013), salen a relucir las miserias, y unas pocas bondades, de todas ellas. Un reparto sobresaliente con la etérea Cate Blanchett, la malencarada Charlotte Rampling, Tom Wait y Mayim Bialik, que dejará un sabor agridulce, pero con el que empatizaremos tras la cena de Nochebuena. Ya sabéis que las cuentas pendientes familiares nunca se cobran del todo, como la libra de carne de Shylock (precisamente mercader en la Venecia que premió este film).
‘Anaconda’ es otra cosa. Un entretenimiento para coeficientes de inteligencia bajos donde sus autores han volcado su estulticia en pos de conseguir chistes fáciles en medio de situaciones absurdas (y aún se preguntarán porque nos quedamos viendo resultones telefilmes navideños en Netflix).
Es una versión paródica de las cintas sobre la enorme serpiente que come sin hartura, como si fuera el roscón el Día de Reyes. En esta un grupo de tontos con iniciativa (que ya sabéis que son más peligrosos que un malo), se lanzan a rodar en la selva una película sobre semejante bicho. No es meta cine, y cualquier parecido con ‘La noche americana’ (1974) es pura coincidencia; tampoco es una de gorilas, dinosaurios o seres del océano, aunque también sale Jack Black, al que vimos en ‘King Kong’ (2005). Un despropósito que sólo la indulgencia de la Navidad puede conducir a verla.
Ahora entramos en las marrones aguas del Río de la Plata para viajar hasta Buenos Aires y descubrir si nos complace la disección que hace de los argentinos una comedia con nombre revelador, ‘Homo Argentum’. Son dieciséis historias cortas e independientes interpretadas por el estupendo Guillermo Francella, que en su propio pecado lleva la penitencia de la irregularidad, pues oscilan entre la brillantez y un nivel de pibes. Es como si a ‘Relatos salvajes’ (2014) le añadieran ‘Me casé con un boludo’ (2016) y la interpretará el camaleónico Peter Seller de ‘Ocho sentencias de muerte’ (1949). Es un propósito demasiado elevado para tan magnífico actor, o bien es que el actor no tiene el apoyo de una buena realización, unos buenos diálogos o unos buenos partener, en esta revisitación de la pseudo frenología para definir un país.
Si algo ha puesto a prueba el amor a mis sobrinos ha sido su devoción de niños por el insoportable, estúpido, cargante, bobo y exasperante Bob Esponja, dibujo animado salido de las manos del Diablo. ‘Bob Esponja: una aventura pirata’ es un despropósito que sufrirán los padres por culpa de una historia con la complejidad de un comedero de animales y de unos personajes con la brillantez de un folio en blanco. Lo siento por ellos, pero así se ganan (os ganáis) lo que decía el pequeño Tim en ‘Cuento de Navidad’: «que Dios nos bendiga a todos».
Que tengáis una semana, y un 2026, de cine.
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Enlace de origen : Una Navidad de estrenos
