Muere Magdalena Cánovas, profesora de Filosofía y autora de haikus y libros de ficción

Estudió Magisterio y muy jovencita empezó a dar clases en el colegio José Loustau’ de Murcia, donde dejó un recuerdo imborrable

«Y allí quedó tu cuerpo, solo, / en la oscuridad angosta, / y se callaron los pájaros y paró el viento». Esos versos que escribió a su marido en ‘Más allá del tiempo’ nos vienen de pronto a la memoria y nos martillean el alma. Se han vuelto a callar los pájaros. La noticia de la muerte inesperada de Magdalena Cánovas, profesora de Filosofía y escritora, antes de tiempo, nos llega en plena Navidad, por la esquela de este periódico. Nos has dejado sin despedida, sin saber de la gravedad de esas complicaciones de su operación de cadera. Ha dejado a medias nuestras conversaciones a través del móvil. Nos encontramos desolados. Tristes. Muy tristes. Siempre estaba pendiente de los demás. Siempre acudía en el momento preciso. Y entregaba su tiempo con generosidad, con buen humor, con simpatía. ¡Cómo te echamos ya de menos! Sus palabras de ánimo, sus oraciones, su optimismo, su fuerza.

Magdalena Cánovas era una persona excepcional. Nació en Hellín (Albacete) en 1950. Estudió Magisterio y muy jovencita empezó a dar clases en el colegio José Loustau, de Murcia, donde dejó un recuerdo imborrable en sus primeros alumnos. Siempre quiso estudiar Filosofía, carrera que hizo ya casada y con cuatro hijos. Se licenció también en Teología. Dio clases en distintos institutos de la Región y en el Seminario Conciliar ‘San Fulgencio’ de Murcia. Le gustaba enseñar. Disfrutaba con sus alumnos. Con sus cursos de Filosofía Antigua y de Lógica simbólica. También le gustaba escribir. Poesía, narrativa. Escribió para niños pensando en sus nietos (‘La granja de Laurita’, ‘La charca de la granja de Laurita’, ‘Fábulas de la granja’), para jóvenes (‘La casa de los espejos’), para adultos (‘Más allá del tiempo’). Escribía haikus y participó con entusiasmo en ‘Murcia a vista de haiku’, ‘La huerta en haikus’ y ‘Haikus para el Mar Menor’. Pertenecía desde 2020 a la asociación Acción de Escritores Solidarios y colaboraba activamente en ella. Le encantaba el encuentro con sus lectores y acudía a Ferias del Libro, a dar conferencias, a bibliotecas, a colegios, aunque estuviera con sus dolores de rodilla o de cadera. ¡Qué ilusión antes de operarse por recuperar la movilidad! ¡Qué rabia esas complicaciones que la llevaron otra vez al quirófano, a pasar la Navidad en el Reina Sofía, a no regresar a su casa, a sus libros, al mar de Cabo de Palos, con sus hijos, con sus nietos, con su familia, con sus amigos!

Magdalena, seguirás con nosotros, caminando a nuestro lado. Y nos volveremos a encontrar más allá del tiempo.