El problema del PP en la Región no es tanto Vox como el propio PP. Esta es una de los conclusiones que los investigadores del … Centro de Estudios Murcianos de Opinión Pública (Cemop) realizan en el último barómetro publicado hace unas semanas.
Según los autores del estudio, los populares están encontrando enormes dificultades para volver a convencer a sus electores más moderados, aquellos que «tienen un perfil más pragmático que ideológico» y están más preocupados «por las políticas del Gobierno regional que por la batalla por La Moncloa». Así, el sondeo publicado el 19 de diciembre señala que el PP ha desbancado al PSOE como partido al que más le cuesta mantener a los votantes propios de la convocatoria electoral anterior, los cuales optarían por la abstención o se decantarían por otra opción si hubiera elecciones en este momento.
En concreto, serían 60.000 electores los que se encontrarían en esa posición de duda. Su perfil, dice el barómetro, sería el de personas que «no sienten rechazo visceral hacia la izquierda ni tampoco se sienten vinculados emocionalmente con Feijóo o el PP nacional». Estos, unidos a los 24.000 que según el Cemop se pasan a Vox, explican que la formación de López Miras pierda dos diputados y cinco puntos porcentuales en estimación de voto con respecto a los comicios autonómicos celebrados en 2023.
Políticas «cotidianas»
El punto positivo para los populares es que, atendiendo a la tesis del Cemop, la solución estaría en su propia mano. «Sobre la base de volverse atractivo de nuevo a sus desafectos más moderado, con un cambio de gobierno apostando por políticas más pegadas a lo cotidiano». En ese sentido, los investigadores destacan lo ocurrido entre el último barómetro de septiembre y el de diciembre. En el primero, con la inmigración en el centro del debate público en la Región, se produjo el gran subidón de Vox y la caída de los populares. En el segundo, con la actualidad marcada por otros asuntos más cotidianos como la vivienda, se reducen las transferencias netas de votantes de PP a Vox (de 37.000 a 24.000) detectadas por el Cemop. Los autores recalcan que, cuando el partido de Abascal activa las batallas culturales, «el PP se muestra casi siempre en fuera de juego ante las posiciones maximalistas de PSOE, a su izquierda, y Vox, a su derecha».
De este modo, en la sede de González Adalid no han hecho caso de momento a las recomendaciones del Cemop de colocar en el centro del debate temas que dividan lo menos posible. El PP ha cerrado el año registrando en la Asamblea Regional una proposición para la reforma de la ley del Mar Menor, como ha avanzado estos días LA VERDAD. Un asunto en el que los populares se sitúan en medio de quienes opinan que se debe limitar al máximo la actividad agrícola en la zona (izquierda y ecologistas) y quienes defienden que tienen que levantar las restricciones (Vox). Así que, nuevamente, tienen las de perder ante la polarización.
El partido ‘catch all’
Por otra parte, quien no encuentra su techo es el partido Vox. Además, el estudio del Cemop de este invierno confirma que no solo se nutren de antiguos electores del Partido Popular y abstencionistas. Es que, además, y aunque pueda resultar sorprendente, el partido de Santiago Abascal está quitando votos a los socialistas e incluso a Podemos.
En particular, según el último sondeo, las transferencias desde la izquierda hacia Vox ascenderían a 10.000 votantes, «una cifra muy considerable» que, junto a la captación de indecisos y nuevos electorales, confirma a juicio de los investigadores del Cemop que el partido de Santiago Abascal y José Ángel Antelo «traspasa su perfil de partido de extrema derecha para asumir la función de formación ‘catch all’ (cógelo todo)».
De esta forma, Vox se ha convertido también en un problema para el PSRM. Es la formación a la que más voto transfiere: 9.000 electores, frente a los 4.000 que se van al PP y 5.000 que se marchan a Sumar o Podemos. Además, los socialistas no logran atraer a nuevos electores ni a los abstencionistas, lo que explica que los de Lucas vean seriamente peligrar su posición como segunda fuerza política regional.
En cualquier caso, no habrá elecciones autonómicas hasta 2027, por lo que las formaciones políticas tienen todo 2026 para ir definiendo sus estrategias. Pero lo hacen sabiendo que la polarización y la crispación benefician más a unos que a otros.
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Enlace de origen : El moderado problema del PP: las dificultades para atraer al votante centrista más alejado de las posturas polarizadas
