No cierra un bar al uso, ni una cafetería antigua del centro, ni tampoco el único bar de copas de la Región de Murcia en el que uno se podía fumar un puro tranquilamente esquivando la ley antitabaco -gracias a su inscripción en el registro de Sanidad como club privado, claro-. Este martes bajó la persiana de forma definitiva el Parlamento Bar, toda una institución en la hostelería murciana. El adiós definitivo a otra forma de dilatar la sobremesa durante los últimos 52 años.
Lugar de encuentro de políticos de derechas e izquierdas, entre sus maderas nobles se fraguaron mociones de censura como la de Carlos Collado, además del asalto a la dirección de Alianza Popular (AP). En sus mesas bajas, Pepe Pardo Cano le contaba los fichajes del Real Murcia a nuestro José Ignacio de Ibarra, y José Luis Morga maniobraba con unos y con otros para que el club pimentonero no desapareciera. Refugio de profesionales del periodismo, la política, la empresa y otros muchos sectores tras la dura jornada, el Parlamento Bar era parada obligatoria antes del fútbol y los toros. Y su moqueta invitaba «a la confidencia, el chisme y la confección de listas electorales», recuerda el periodista Chema Serrano.
Este martes, último día de apertura del establecimiento, departían por allí figuras destacadas de la sociedad murciana como el consejero de Medio Ambiente, Juan María Vázquez, el director del Museo Ramón Gaya, Rafael Fuster, y el director de Comunicación de Estrella de Levante, Yayo Delgado, visiblemente afectado por el cierre de este punto de encuento: «Tú eres una persona importante para el Parlamento», le piropeaba Pedro Sánchez, uno de los dos socios del local. «No me hagas llorar, Pedro».
«Yo he venido por lo mismo, para saludar a Pedro», coincidían un par de clientes con sienes plateadas a la entrada del Parlamento Bar, junto al Real Casino de Murcia, y en el que se ha fraguado buena parte de la vida política y social de la Región de Murcia durante el último medio siglo.
«Lo mejor ha sido la clientela», zanjaba Pedro Sánchez, que a partir de las doce de la noche de este martes entraba en la etapa de jubilación, motivo principal del cierre del local, y que ayer atendía las últimas comandas de la historia del Parlamento con los ojos llorosos y una inmarcesible sonrisa en los labios. «Hoy tocaba trabajar», resumía su última jornada laboral entre las mejores bebidas espirituosas que se pueden consumir en la capital y más allá del Segura.
Abierto en agosto de 1973 gracias a la iniciativa de un grupo de jóvenes murcianos que habían estudiado en Inglaterra y que decidieron montar en Murcia lo más parecido a un club inglés, el Parlamento Bar pasó después a manos de los camareros, Pedro y Juan Antonio, este último ausente en los últimos meses por problemas de salud. Aunque se han negociado traspasos para mantener vivo el negocio, finalmente no ha sido posible llegar a un acuerdo para que este icónico local, donde se han pergeñado asuntos muy mayores y también muy menores, siga cumpliendo años. El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha sido uno de los últimos ‘famosos’ en saborear la magia de este lugar. La lista de ilustres que han pisado esta moqueta, según Pedro Sánchez, es prácticamente interminable.
«Vamos, que nos vamos. Que nos vamos a Honolulú», alentaba Pedro a sus camareros en su último día de trabajo.
-¿Es que se va a Honolulú de vacaciones?
-¡No! Me voy a descansar la cabeza. Y a disfrutar de la familia y de mis dos nietos.

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Enlace de origen : Cierra el Parlamento Bar de Murcia tras más de 50 años: «Lo mejor ha sido la clientela»