
Los humanitos, desde la oscuridad de los tiempos -qué ilusión hace siempre usar esta coletilla pomposa y misteriosa-, hemos tenido una relación complicada con el … futuro: por un lado, obviamente, deseamos fervientemente llegar a él -mala señal si no es así-, pero, a la vez, nos aterra como solo puede hacerlo lo impredecible, lo que queda fuera de nuestro control. De ahí que ya en la época de las cavernas se hiciesen rituales con la esperanza de entrever lo que estaba por llegar. Y ahora, de alguna manera -cuestiones esotéricas al margen-, seguimos intentando echar una miradita a lo que se nos va a venir encima. De ahí que estas últimas semanas se hayan hecho listados de todo tipo sobre lo que va a traer consigo 2026. Al final, son vaticinios, estimaciones… y pueden cumplirse o no. Pero tienen algo en común: nos encantan. He aquí algunas de las cosas sobre las que oiremos hablar mucho en los próximos doce meses -o eso creen los expertos-, desde las más trascendentales, como la situación económica mundial, a las absolutamente frívolas, como el color de moda, porque, al fin y al cabo, nuestra historia del día a día se escribe con lo grande y lo pequeño.
¿El mundo? Regular, gracias
La gente con dinero y poder está siempre especialmente preocupada por el futuro -paradójicamente-, por eso son especialmente aficionados a las predicciones (obviamente, a las basadas en estadísticas y estudios, que no se juegan lo suyo a lo que diga una pitonisa). Y una de las biblias político-económicas de esta élite es The Economist, que todos los años por estas fechas lanza sus estimaciones. Pues bien, para 2026… uff, no vaticina nada bueno: más conflictos geopolíticos y crisis financiera. Y lo peor es que dicen los expertos que suelen acertar. Los especialistas del semanario creen que EE UU -la nación que marca el rumbo internacional- estará cada vez más aislada -en beneficio de China- y celebrará su 250 ‘cumpleaños’ en un ambiente interno tan polarizado que tendrá casi tintes de guerra civil. Y Europa quizá sufra el atasco de Rusia en Ucrania, ya que los expertos creen que Putin querrá desquitarse abriendo vías de caos en el Viejo Continente. Y mientras tanto en España… Pues Pedro Sánchez, alias ‘El Superviviente’, va a tener que hacer honor a este apodo para acabar la legislatura, como es su intención, lo que hace prever una marejada política constante.
El año decisivo de la IA
Todos dicen que 2026 será el año decisivo para la IA. Si estos dos últimos han sido los de la fascinación por ella, este que está a punto de entrar dicen que será el de la verdad, cuando además del relumbrón, tendrá que ‘demostrar’ resultados. Un ejemplo: un estudio del MIT revela que el 95% de los programas pilotos de IA en empresas no han generado retorno alguno. Si su implantación no se acelera, puede perder su peso como motor económico, pero si se ralentiza demasiado puede generar rechazo social. ¿Cómo se apañará? Mucha inteligencia le va a hacer falta… Sobre todo, porque algunos expertos avanzan una tendencia que asoma ya la cabeza tímidamente: un retorno a ‘lo humano’ tras varios años absorbidos por mundos virtuales, WhatsApp, plataformas de ligue, influencers (para quienes anuncian vacas flacas)… de ahí que va a ganar puntos la reivindicación de las relaciones personales cara a cara y sin prisas, de objetos materiales -como carretes de fotos o vinilos-, de destinos turísticos menos saturados, de menor uso de redes sociales como signo de mayor calidad de vida…
Hobbies que llegan
¿Qué haremos para encontrarnos mejor en este mundo tan revuelto? Pues, un año más, buscaremos entre las llamadas tendencias wellness (de bienestar, vaya) para ver si alguna nos ayuda a hacer mejor nuestro día a día, que en ese sí que podemos actuar (en geopolítica y economía mundial quizá no seamos tan determinantes). Este año, los expertos apuntan como novedad la posible llegada a nuestro país de un deporte que arrasa ahora mismo en EE UU: el pickelball, cerca de 20.000 personas en España se han sumado ya a este deporte que combina elementos del tenis, pádel y bádminton, y que causa entusiasmo al otro lado del charco, con cerca de 50 millones de jugadores. Se estima que en 2026 será el deporte más practicado allí, superando al baloncesto, y en nuestro país se prevé un crecimiento brutal. Así que probablemente terminemos 2026 jugando a algo que ahora mismo no sabemos ni pronunciar. ¿Más cosas? Nos han machacado en el gym con hacer fuerza, fuerza, fuerza… y es muy bueno, sí, pero viejos conocidos como el yoga y el pilates van a recobrar protagonismo. ¿La razón? La flexibilidad y la funcionalidad van a ser el objetivo físico para este año que empieza.
Cuidarse sin agobios
Digamos que las tendencias de autocuidado en sentido amplio para 2026 son más relajadas que las de años anteriores, sí. No solo en lo que se refiere al ejercicio físico -ya hemos hablado de que se va a imponer una forma de ejercitarse más centrada en moverse que en machacarse-, sino también en alimentación. Así, los expertos consideran que lo de contar calorías como posesos va a ir pasando de moda y que en su lugar los especialistas dejarán de volvernos locos y recomendarán, simplemente, sensatez, raciones moderadas y alimentos frescos. Y, en este marco, también cuidar en especial la ingesta de fibra, probióticos y prebióticos, ya que la salud intestinal no solo es una cuestión digestiva: nos va a mejorar en muchos aspectos, incluso el mental, porque nos ayudará a controlar el temido estrés. ¿Otros terrenos con los que nos han agobiado y que se flexibilizarán? El descanso, que consistirá más en no entrar en bucle por todo y menos en las horas que dormimos.
Color… Cloud dancer
Cada año tiene su color oficial, si este año ha sido el Mocha Mousse, un marrón suave, y el anterior el Peach Fuzz -un melocotón tenue-, en 2026 las cosas van aún más light. El protagonista será el Cloud Dancer, un blanco con «influencia tranquilizadora en una sociedad que redescubre el valor de la reflexión serena», dice Pantone, la compañía que impone qué color ‘mandará’ en moda y diseño cada año. ¿Qué peculiaridad tiene este blanco? «Atraviesa los cielos grises revelando azules claros y frescos bajo una luz solar brumosa», indican poéticamente los responsables del Pantone Color Institute, que lleva más de dos décadas eligiendo el color rey del año. Para los que nos seguimos preguntando cómo es: un blanco suave, natural y neutro con matices cálidos que dicen que va con todo y que combina bien con los tonos pastel. ¿Les gusta a todos? En las redes hay ya quejas de que es muy soso… ¿será una premonición del carácter de 2026?
Esa mezcla tan irresistible de inquietud y curiosidad
Quienes conocen cómo funciona bien nuestro cerebro (psiquiatras, psicólogos, neurocientíficos) dicen siempre que se caracteriza por dos cosas que en realidad van unidas: por ser algo ‘vago’ -odia con todas sus fuerzas gastar recursos en vano y está diseñado para ahorrar energía- y por buscar la seguridad por encima de todo, de ahí que no le guste la incertidumbre. Y es por una razón muy práctica: preocuparse por lo que está por venir ‘gasta’ energía. Al suponer una posible amenaza (en el pasado remoto, incluso para la supervivencia, un rasgo ancestral que se ha quedado en nuestro ADN), se activa una alerta constante para anticiparse al ‘peligro’. Y esto, evolutivamente muy útil, resulta agotador en nuestro día a día… Por eso al cerebro le gustan las predicciones, ya que quiere planificar y establecer patrones de cara al futuro para no sobreesforzarse. «Nos encanta leer sobre las tendencias de 2026 porque el futuro nos despierta una mezcla de inquietud y curiosidad», apunta María Padilla, de Capital Psicólogos. Tal y como explica, anticipar lo que vendrá -en economía, moda o estilo de vida- «nos da cierta sensación de control». «Pero también hay algo de juego: queremos saber qué se llevará, qué será lo último, qué nos sorprenderá. Es como asomarse por una rendija al mañana para intentar entenderlo… o al menos imaginarlo», dice la psicóloga. Y esto ya actuaría como una pequeña dosis de analgésico para nuestra mente.
«En el fondo, todos buscamos reducir el miedo a equivocarnos»
A Fernando Botella, CEO de Think&Action, empresa consultora de formación de directivos -muchos, de las mayores empresas de este país (del IBEX 35)- le suelen pedir que realice previsiones sobre tendencias y recomendaciones en el ámbito empresarial y directivo para el año venidero, por eso sabe de primera mano que son útiles, «ya que nos ofrecen una sensación de orientación en un mundo que cambia cada vez más rápido».
– ¿Ese es el secreto de su éxito?
– Ante la incertidumbre económica, tecnológica, social o incluso climática, anticipar lo que podría venir actúa como un mapa mental que reduce la ansiedad.
– Pero en realidad sabemos que no son certezas…
– Saber o, al menos, creer que sabemos hacia dónde se dirigen los distintos sectores nos da tranquilidad, porque transforma lo desconocido en algo aparentemente comprensible. Las tendencias convierten el futuro en un relato ordenado, con causas y efectos, y eso nos ayuda a sentir que no avanzamos a ciegas.
– Somos mucho de ‘frases de taza’, de ‘hay que vivir el momento’ y tal, pero luego nos cuesta mucho ir por la vida sin un guion del futuro…
– Eso responde a un deseo profundo de control. Aunque sepamos que las previsiones no son verdades absolutas, nos permiten prepararnos, tomar decisiones con antelación y sentir que tenemos margen de maniobra. Leer sobre lo que ‘vendrá’ en 2026 nos da la ilusión de ventaja: la de estar informados, adaptados y un paso por delante del cambio.
– Vamos, que no llevamos bien la incertidumbre.
– En el fondo, buscamos reducir el miedo a equivocarnos y reforzar la idea de que, si entendemos las señales del presente, podremos influir -aunque sea mínimamente- en nuestro propio futuro.

Soy William Abrego, me uní como ejecutivo de SEO y me abrí camino hasta el puesto de Gerente Asociado de Marketing Digital en 5 años en Prudour Pvt. Ltd. Tengo un conocimiento profundo de SEO en la página y fuera de la página, así como herramientas de marketing de contenido y diferentes estrategias de SEO para promover informes de investigación de mercado y monitorear el tráfico del sitio web, los resultados de búsqueda y el desarrollo de estrategias. Creo que soy el candidato adecuado para este perfil ya que tengo las habilidades y experiencia requeridas.
Enlace de origen : ¿Qué nos traerá 2026? El color de moda, cómo irá el mundo…