Pedro Castillo ha ordenado sorpresivamente la disolución del Congreso en un mensaje televisado /
El presidente se enfrentaba a una moción para su destitución por presunta corrupción y minutos antes de la sesión ha decidido aplicar lo que la oposición ya define como un «golpe de Estado»
A la tercera ha sido la vencida. El presidente de Perú, Pedro Castillo, ha optado por disolver el Congreso tres horas antes de que la Cámara inciara el debate sobre su posible destitución por «permanente incapacidad moral», una figura constitucional que de alguna manera sustituye una acusación más directa de corrupción. El mandatario ha anunciado su intención de «establecer un Gobierno de excepción orientado a restablecer el Estado de Derecho y la democracia», un mensaje que ha provocado una honda inquietud en los partidos de la oposición por el recuerdo del ‘fujimorazo’ de 1992. Varios legisladores han calificado la decisión como un «golpe de Estado» y exigen a Castillo que «respete los marcos constitucionales», según ha señalado la portavoz de Juntos por el Perú, Ruth Luque.
El presidente se enfrentaba a la tercera moción de confianza, pese a llevar en el poder sólo 16 meses. De las dos anteriores, en diciembre y marzo, salió indemne, pero en esta ocasión se acumulan los escándalos por corrupción, cohecho y favoritismo a su entorno familiar y político. Con una desaprobación popular del 70% de la ciudadanía, Castillo encaraba una acusación que ya ha sacado del Gobierno a otros dos presidentes anteriormente. La moción de vacancia, como se denomina, requiere del consenso de 87 parlamentarios para desalojar al jefe del Gobierno. El Congreso lo forman 130 diputados, 80 conservadores y 50 pertenecientes al partido de Castillo y sus afines. Aunque la oposición no tiene mayoría, el jefe del Ejecutivo no parecía tener todas consigo respecto al sentido del voto de todos sus aliados. Además, sobre él pesa una investigación de la Fiscalía por contratación irregular que podría significar su inhabilitación.
Un grupo de diputados habla con los medios de comunicación en la sede del Congreso tras la orden presidencial /
Ante todo eso, el dirigente ha decidido emular a su predecesor Alberto Fujimori, que en 1992 se aplicó un autogolpe de Estado para sobrevivir políticamente a los cargos que pesaban sobre él; entre ellos, el de corrupcion. Poco antes de anunciarlo, el comandante general del Ejército, Walter Córdoba Alemán, ha presentado su dimisión.
«Se dictan las siguientes medidas: disolver temporalmente el Congreso de la República e instaurar un Gobierno de emergencia excepcional; convocar en el más breve plazo a un nuevo Congreso con facultades constituyentes para elaborar una nueva Constitución en un plazo no mayor de nueve meses», declaró Castillo en un mensaje a la nación realizado desde la sede del Gobierno. Visiblemente nervioso, el jefe del Ejecutivo ha ordenado el toque de queda nocturno en previsión de posibles desórdenes en las calle e incluso ha conminado a «todos los que poseen armamento ilegal» a entregarlo de inmediato en las comisarías de Policía bajo amenaza de prisión. «Se declara la reorganización del sistema judicial, el Poder Judicial, el Ministerio Público, la Junta Nacional de Justicia y el Tribunal Constitucional», ha agregado. La fiscal general, Patricia Benavides, ha rechazado «de manera enfática todo quebrantamiento del orden constitucional».
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Enlace de origen : Terremoto político en Perú: Castillo disuelve el Congreso e instaura un Gobierno de excepción
