Bad Bunny pone a bailar a los Grammy

Bad Bunny pone a bailar a los Grammy

CBad Bunny, tras la actuación./Afp

CBad Bunny, tras la actuación. / Afp

Beyonce, con nueve nominaciones, es la favorita en una gala que no esquivará el mensaje político con Jill Biden como invitada especial y un homenaje al rap. Rosalía consigue el Grammy a mejor disco de rock latino o alternativo por ‘Motomami’

Bad Bunny dejó claro que la revolución latina está lejos de agotarse en Estados Unidos. El músico puertorriqueño tuvo el honor de abrir la 65 edición de los Premios Grammy y puso a bailar a la mismísima Taylor Swift en una fiesta llena de vientos y percusión que dejó claro por qué el músico ha colado por primera vez un disco cantado en español (‘Un verano sin ti’) en la categoría de álbum del año, además de optar a otros dos gramófonos. «Con mucho cariño para todos ustedes», se arrancó en un primer momento. «Yo quiero saber si los grammys estan listos para la verdadera fiesta», gritó antes de que buena parte de los presentes se unieran a la fiesta en el Crypto Arena de Los Ángeles. En una vibrante actuación que culminó con un «¡qué viva la musica latina, puñeta!».

La pugna en la edición 65 de los Premios Grammy iba a estar entre Beyoncé, con nueve nominaciones por las canciones de su álbum ‘Renaissance’, y el rapero Kendrick Lamar, con ocho candidaturas, seguidas por las cantantes Adele y Brandi Carlile, con siete cada una. Pero antes de que el espectáctulo comenzara ya tuvo lugar la primera gran alegría de la noche. La catalana Rosalía se llevaba el segundo Grammy de su carrera al recibir el galardón al mejor disco de rock latino o alternativo por su atrevido ‘Motomami’. Precisamente, es la misma distinción que recibió en 2020 con ‘El mal querer’. El premio se otorgó durante la pregala en la que se entregan 78 de los 91 premios de la edición. Con esta estatuilla, la artista se convierte en la primera solista en ganar dos veces en esta categoría.

Precisamente en esa gala previa, Beyoncé ya había ganado dos premios, el de mejor grabación de música electrónica y el de mejor interpretación de R&B. Sumaba así 30. Empezó la gala y se hizo con un premio a mejor canción de R&B. Igualaba así al director de orquesta Georg Solti, con 31 premios a lo largo de su carrera. Mientras, Kendrick Lamar se hacía con dos, a mejor canción de rap y mejor interpretación de rap, por ‘The Heart Part 5’.

Fue, una vez más, el humorista Trevor Noah quien se encargó de conducir una gala con muchas actuaciones y un poco de humor que no evitó la última hora. «Voy a estar aquí, entre los invitados, como un globo espía chino, acumlando información», llegó a decir Noah, que lo mismo aseguraba que escuchando a Bad Bunny le entran ganas de aprender español, que le presentaba a Adele a uno de sus ídolos, Dwayne Johnson, para sorpresa de la cantante británica.

Entre los invitados especiales como la primera dama norteamericana Jill Biden, los actores Billy Crystal y Dwayne Johnson, la actriz Viola Davis y la cantante Shania Twain.

Este año hay un par de récords, que ya se pueden apuntar. En la historia de los premios, Beyoncé empata con su pareja, Jay-Z, como la artista más nominada: 88 veces, y Bad Bunny se convierte en el que coloca por primera vez un disco cantado en español (‘Un verano sin ti’) en la categoría de álbum del año. Con un centenar de categorías, las más perseguidas y mediáticas son las de grabación, álbum, canción, nuevo artista y mejor artista del año, que se abren luego por géneros (pop, dance, rock, jazz, alternativa, latina, teatral o clásica). Como novedad se incluyen las de banda sonora para videojuegos y ‘spoken word’.

Las quinielas para la gala se inclinan hacia la consagración de Beyoncé, que con canciones como ‘America has a problem’ y la presencia de un miembro de la familia presidencial (y demócrata) en el escenario marcarán un posicionamiento político, en un año en que las filas artísticas fueron golpeadas por las manifestaciones de ultraderecha del mediático rapero Kanye West. No obstante, lo que predominará será la música. A recoger la estatuilla podrían ir Christina Aguilera, Lizzo, Harry Styles, Taylor Swift, Björk, Norah Jones o Michael Bublé. Pesos pesados de la industria musical.

Motomami

Mientras se suceden las actuaciones, ya confirmadas, de nominados como Bad Bunny (que lucha en tres categorías), Mary J. Blige (seis), la siete veces ganadora Carlile, Lizzo (cinco), Kim Petras o Harry Styles, en esta edición también hay lugar para las viejas glorias. Abba, Ozzy Osbourne, Bonnie Raitt, Elvis Costelo y grupos decanos como Coldplay, Muse, Artic Monkeys, Red Hot Chili Peppers o Megadeth coinciden con los emergentes Maneskin, Petras, Annita o Rufus.

Para los españoles, Rosalía traza una nueva línea de éxito, al participar en la categoría ‘Mejor álbum alternativo latino’ y ‘Mejor film musical’, en ambos con ‘Motomami’. En la música en español también hay nombres conocidos en la península ibérica como el panameño Rubén Blades, el colombiano Maluma, el portorriqueño Farruko y el cantautor asentado en Madrid Jorge Drexler, uno de los competidores de la catalana.

Gloria al hip hop

Los Grammy también rinden homenaje al rap y al hip hop, «para celebrar sus 50 años», indican en su web. Un género con una «rica historia» y que ha sido «una bendición para el mundo» será protagonista a través de una «electrizante actuación» de varios de los que forjaron esta música callejera y reivindicativa. En escena estarán una veintena de artistas como Ice-T, Public Enemy, Nelly, Queen Latifah, RUN DMC, Salt-N-Pepa o Scarface. Los organizadores explican que la apuesta de dedicar un segmento a este homenaje provino de la matriz Paramount Global, y será presentado por LL Cool.

El jazz se abre paso este año con las apuestas en los solos improvisados de los metales de Melissa Aldana, Ambrose Akinmusire o Wayne Shorter; las voces de Samara Joy, Cécile McLorin Salvant o Manhattan Transfer; los trabajos de Yellowjackets, Peter Erskine o Joshua Redman con Brad Mehldau, y los álbumes «largos» de Ron Carter o John Beasley. Músicos conocidos en la escena jazzista, asiduos de los festivales que recorren la columna vertebral española.

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