Abde vuelve a vestirse de héroe de Osasuna en la Copa

Abde vuelve a vestirse de héroe de Osasuna en la Copa

Osasuna sueña a lo grande. Todo es felicidad en la Pamplona futbolera, con la mejor campaña que se recuerda en El Sadar desde aquel mágico curso 2005-06. Con el Vasco Aguirre a los mandos del banquillo, el conjunto navarro logró entonces un espectacular cuarto puesto liguero y el pasaporte para la ronda previa de la Liga de Campeones. En la antesala de la gran competición del Viejo Continente cedió ante el poderoso Hamburgo de la época, antes de llegar hasta las semifinales de la Copa de la UEFA en la última aventura continental rojilla, a la que ahora vuelve a aspirar, a un solo punto de los puestos europeos en la Liga.

Han pasado casi dos décadas desde aquel hito, que llegó al año siguiente de otro logro, este sin precedentes en la historia del club. La final de la Copa del Rey contra el Betis en el Vicente Calderón de junio de 2005 brilla con luz propia entre los mejores momentos de Osasuna en más de un siglo de historia. Ahora, tras 18 años de larga espera con hasta dos etapas en Segunda, sueña con disputar el título el próximo 6 de mayo en La Cartuja.

Para ello deberá superar un último escollo, este Athletic que ha recuperado su clásico idilio con la Copa del Rey, el trofeo del que fue monarca del palmarés durante tantos años. Si Osasuna afronta en una nube la sexta semifinal de su historia, los leones se han convertido en un fijo en la antesala de la final, ronda noble del torneo del KO que alcanzan por cuarta temporada consecutiva. El Athletic moderno acumula finales pero sigue seco de trofeos desde el ya lejano 1984, cuando conquistó el título en aquella noche marcada por la batalla campal entre el Barça de Maradona y los jugadores rojiblancos.

La rica historia del Athletic y la resolución de la eliminatoria al amparo de la afición de San Mamés en pleno Jueves Santo otorgan cierto cartel de favorito al conjunto bilbaíno, aunque la tabla liguera dicta lo contrario. Octavo, con 33 puntos, uno más que su rival en la semifinal copera, Osasuna sigue creciendo en la quinta campaña con Jagoba Arrasate como entrenador. Un ascenso y tres permanencias en Primera más que solventes hablan a las claras de la estabilidad de un proyecto con líneas maestras muy reconocibles.

El conjunto pamplonés llega a su gran noche este miércoles pleno de moral tras la victoria en el Sánchez Pizjuán frente al Sevilla, víctima de los rojillos también en cuartos de final de la Copa del Rey. Antes cayeron ante los navarros en el torneo Fuentes, Arnedo, Gimástic de Tarragona y el vigente campeón, el Betis.

«Es el aquí y ahora. Estamos preparados, el estado anímico es bueno», analizó Arrasate en la rueda de prensa previa al partido. Sus palabras resumen a la perfección la confianza en el entorno osasunista. El preparador vizcaíno solo lamenta la baja del lateral derecho Rubén Peña. «Es lo que quiere el entrenador, tener todas las piezas para luego hacer el puzzle», se congratuló el entrenador rojillo, que previsiblemente recuperará para su alineación inicial a jugadores suplentes contra el Sevilla como el portero de la Copa, Sergio Herrera, el defensa Unai García, los centrocampistas Lucas Torró y Moi Gómez o los atacantes Chimy Ávila y Abde.

Problemas para Valverde

La situación es muy diferente para su homólogo en el Athletic, Ernesto Valverde, que lamenta un amplio catálogo entre ausencias y dudas tras dos derrotas consecutivas en Liga. No estarán en El Sadar Nico Williams, fundamental por su tremendo desequilibrio por banda, y Jon Morcillo. Pero es que además llegan tocados el portero Unai Simón, los centrales Iñigo Martínez y Yeray Álvarez, el centrocampista Ander Herrera y Raúl García, que ha perdido protagonismo esta temporada pero siempre es una garantía en este tipo de partidos por su fuerte carácter sobre el césped.

Así las cosas, prácticamente con lo puesto, el ‘Txingurri’ duda entre reforzar la medular rojiblanca con la presencia de Dani García junto a Vesga y Sancet o por contra otorgarle la manija al capitán Muniain en la zona de enganche, donde puede ser decisivo por su capacidad para encontrar el último pase.

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