La España femenina cambia su propia historia

La España femenina cambia su propia historia

Miles de personas se echaron anoche a la calle en Madrid para festejar el título mundial logrado por la selección española de fútbol femenino el pasado domingo en Sídney. A pesar del fuerte calor, más de 20.000 personas se desplazaron hasta la explanada del Puente del Rey, en Madrid Río, para dar la bienvenida a las campeonas. La fiesta arrancó a las 21.00 horas, aunque las jugadoras aterrizaron pasadas las 22.00 horas en el Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, desde donde cogieron un autobús que las llevó hasta Madrid Río. La larga espera fue amenizada por los cantantes Vicco, Camela, Juan Magán, Farga y Dj Michenlo.

El equipo de Jorge Vilda, tras recibir el cariño de los aficionados por las calles principales del centro de Madrid, celebró la estrella en el mismo lugar donde la selección masculina vivió su fiesta por el Mundial de 2010, en la zona de Madrid Río, explanada que precisamente recibió el nombre de ‘Explanada de la selección española’. Las jugadoras, con la yeclana Eva Navarro muy sonriente y animada durante toda la jornada, llegaron pasada la medianoche y se dieron un baño de masas ante un público emocionado. Jenni Hermoso incluso se animó a bailar con el dúo Camela. Eva Navarro entró en la cabina del avión, compartió un rato con los pilotos y saludó a la tripulación.

El fútbol femenino vivió su gran noche. La mejor de su historia. Hoy por fin es profesional. Pero esto no ha terminado. «Necesitamos que este empuje siga y no se quede aquí, sino que continúe por parte de los clubes, la federación, los patrocinadores y los espectadores que han seguido este Mundial por Televisión». Lo dice Verónica Boquete (Santiago de Compostela, 1987), quien no solo luchaba contra sus rivales en el terreno de juego, sino también ante las trabas que le ponían por el camino. La exinternacional española sabe lo que es emigrar (Rusia, Suecia o EE UU) para poder vivir del fútbol cuando no se las dejaba hacerlo en su país.

«Hemos crecido pensando que el fútbol no era nuestro lugar, que no nos pertenecía. Poder ser referentes es historia»

Cuando llega la gloria, tras el histórico triunfo de la España femenina ante la poderosa Inglaterra en la final del Mundial, no muchos recuerdan que este deporte no siempre fue visto con buenos ojos cuando eran mujeres las que lo practicaban. El patito feo se convirtió en cisne y La Roja dio el gran salto hasta tocar el cielo en su tercera participación en una Copa del Mundo. En ocho años ha sido capaz de pasar de soñar con jugar la máxima competición de selecciones, tras su debut en Canadá 2015, a conquistarlo en las antípodas.


La yeclana Eva Navarro (2ª izq.), anoche, en la celebración junto a sus compañeras de la selección española femenina.


EFE


Un camino de reivindicaciones y mejoras que ha impulsado la profesionalización del fútbol femenino. Pasara lo que pasara en Sídney el triunfo estaba asegurado por el contexto en el que se daba, en la temporada más dura y con la mayor crisis interna de los últimos años tras el cisma de las 15 rebeldes y la difícil reconciliación con varias de ellas.

«Pensé que el fútbol no era mi sitio»

El vestuario, tras lograr su primera estrella universal, era una mezcla entre alegría, orgullo y emoción. «Quería agradecer a todas las personas que han hecho camino. Todas hemos roto barreras», decía Aitana Bonmatí, elegida MVP del Mundial, recordando que cuando era pequeña siempre tuvo claro que quería dedicarse al fútbol, aunque en el colegio, rodeada de niños, muchos no aceptaran que jugara mejor que ellos.

«Hemos crecido pensando que el fútbol no era nuestro lugar, que no nos pertenecía. Nos han hecho sentir así. Por suerte, a medida que han pasado los años, han mejorado las condiciones y la gente ya sabe que ese lugar también es nuestro. Que podamos ser referentes también es hacer historia», reflexionaba Irene Paredes, la guía sin brazalete de este equipo que simboliza, junto a muchas otras, el paso histórico para el balompié de mujeres que supone esta epopeya que le faltaba al deporte español.

«Para las marcas, apoyar a una futbolista ha pasado de ser una moda o un acto de responsabilidad a un negocio»

Coinciden ambas en este asunto con Jennifer Hermoso, máxima goleadora histórica de La Roja, que apunta que cuando ella empezó a darle patadas al balón no pudo tener ídolos chicas. «Por suerte las niñas que vienen por detrás tienen a deportistas y a futbolistas que son un espejo donde poder mirarse». Antes que ellas, otras generaciones de las que pocos conocen sus nombres pese a la importancia que tuvieron para esta disciplina, abrieron el camino a base de valentía y poco apoyo. «Me acuerdo de las que han tenido que luchar desde el principio», comentó Boquete.

Visibilidad e igualdad de derechos

«En los campos te decían: ‘Si eres un macho’, ‘vete a fregar’, ‘métete en la cocina’… Todavía falta camino, pero ahora el fútbol femenino comienza a tener el apoyo que tenía que tener», cuenta Carmen Arce, ‘Kubalita’ (Valencia, 1956), primera portera oficial de la selección española y que, como Encarna Caracuel (Córdoba, 1952), otra de las tantas mujeres anónimas que abrieron la puerta al fútbol femenino en España y regatearon el machismo de la sociedad de los años 70, apunta que «se necesita visibilidad e igualdad de derechos».

De esto hablan varias de las internacionales españolas, aunque cuando aluden a la igualdad no se refieren a salarios, sino de equiparar las condiciones de trabajo con los compañeros hombres. Un debate que en los últimos tiempos se ha intensificado en el deporte femenino, con la falta de recursos profesionales y la mala gestión como telón de fondo.

Una lucha que ahora retumba con los nombres de Alexia Putellas, doble ganadora del Balón de Oros y principal figura comercial del fútbol femenino español o Salma Paralluelo, una de las jugadoras más prometedoras con el balón en los pies y fiel reflejo del relevo generacional que vive el balompié español.

«El fútbol femenino es el deporte que más ha crecido en los últimos diez años, pero también es uno de los que más alejado estaba de su realidad. Existía más interés que el nivel de visibilidad e inversión que recibía. El camino acaba de empezar y aún queda mucho por hacer, pero vamos en la dirección correcta. Ahora mismo, para las marcas, apoyar a una futbolista ha pasado de ser una moda o un acto de responsabilidad social a un negocio, el crecimiento es global y no va a parar», explica Carlota Planas, agente de fútbol femenino que representa a varias de las internacionales españolas como la extremo Mariona Caldentey o la guardameta Cata Coll.

Ejemplo del Barça femenino

No hay victoria posible si no hay detrás mucho trabajo, y dinero. La creación de una liga profesional femenina y el aumento de la visibilidad mediática han contribuido significativamente al crecimiento y la popularidad en el país. Las futbolistas comenzaron a entrenar en mejores campos, horarios y los estadios se abrieron para ellas en cascada logrando algunos récords de asistencia en el Metropolitano, San Mamés y el Camp Nou. Recinto este último vital para el crecimiento del fútbol femenino ya que el Barça, campeón de la Champions femenina, ha demostrado ser referencia en el trato de jugadoras así como ejemplo de cómo apostar e invertir en ellas. «Ha creído y liderado no solo con eso, sino que quiere seguir aumentando la inversión y ayudando a las futbolistas a que realmente sean lo que quieren ser. La jugadora solo se tiene que centrar en jugar, entrenarse y alimentarse bien», explicó recientemente la reivindicativa Putellas.

Un lustro de grandes avances

Hace solo cuatro años no había convenio colectivo alguno que mejorara los derechos laborales de las futbolistas y antes de la llegada de Luis Rubiales a la presidencia de la Federación Española de Fútbol (FEF), la selección femenina no llegaba a los tres millones de presupuesto propio. Ahora maneja uno superior a los 27 millones de euros.

Enlace de origen : La España femenina cambia su propia historia