«En mi casa nos enseñaron a no agacharnos ante nadie»

«En mi casa nos enseñaron a no agacharnos ante nadie»

Es una ficción, aunque en su personaje hay mucha inspiración real. Es de esas mujeres anónimas de clase pobre en los años 30, que son referentes por su perseverancia y paciencia pero también por su lucha para sacar adelante a una familia que, no teniendo nada, lograba la felicidad a través del amor que transmitían. «Para mí Rosario es mi abuela, mi madre. Son mis tías. Es mi ADN, es mi genética. Yo vengo del campo, soy gallega y vengo de una familia obrera. Los valores que me ha enseñado este personaje me los han inculcado a fuego en casa. Es ser buena gente, estudiar, formarse para estar preparada con la vida y no agacharnos ante nadie», revela la actriz Myriam Gallego, una de las protagonistas de ‘La Moderna’, la serie diaria de La 1 que se emite de lunes a viernes a las 16:30 horas.

A sus 47 años, la intérprete gallega vuelve a la televisión con una ficción diaria, en la que da vida a Rosario Martín, una mujer luchadora, acostumbrada a pelear para cuidar a su familia y sacar a sus hijos adelante. Para conseguirlo, tendrá que hacer frente a su deterioro físico y a la pobreza. En la ficción es la madre de Matilde (interpretada por Helena Ezquerro), la mayor de cuatro hermanos que deberá cuidar y mantener a su entorno, además de superar las desventajas de pertenecer a la clase social más humilde. Entrar a trabajar en el salón de té La Moderna hará cambiarle la vida.

Para Gallego, según confesó, era el papel que llevaba esperando mucho tiempo. «A mí me ofrecieron en la serie otro personaje, que era del perfil de lo que llevaba haciendo en mi trayectoria. Pero me enviaron los guiones y a mí me gustó Rosario, un personaje menor pero era el que yo quería», cuenta. Encajaba en lo que ella buscaba para crecer como actriz. «Estaba buscando este cambio de registro. Siempre me ofrecían los mismos personajes y prefería quedarme en casa con mis hijos, porque era como repetir el mismo rol», argumenta.

Grandes ficciones

Durante su extensa carrera televisiva, ha participado en grandes ficciones españolas como ‘Periodistas’, ‘Águila Roja’ o ‘Instinto’, y también le han ofrecido otras series diarias que, sin embargo, no le seducían. Con ‘La Moderna’, en cambio, lo vio claro. «Me apetecía trabajar para el público de las series diarias. Me apetecía trabajar para esos hombres, esas mujeres o esos jóvenes que tienen otro tiempo en la vida. Que no van con tanta prisa, que creo que te reciben de otra manera en tu casa porque te esperan al día siguiente para verte», sostiene la actriz.

En ‘Águila Roja’, Gallego creció profesionalmente. La mítica serie finalizó, pero la actriz puso una pausa porque los papeles que le ofrecían no le entusiasmaban. Le llegaban personajes que, explica, «tenían que ver un poco con el color» de ‘La marquesa’, a quien dio vida en la ficción que acabó en TVE en el año 2016 y donde compartió reparto con actores como David Janer, Francis Lorenzo o Inma Cuesta.

«Todo eran mujeres grandiosas, poderosas o hipersexualizadas. Estoy agotada de esos personajes. He disfrutado muchísimo con ‘La marquesa’. Han sido nueve años donde no podía ser más gamberra porque me daban una libertad creativa maravillosa», asegura. «Pero cuando continuamente te vienen las mismas ofertas en todos los proyectos. me he tenido que proteger como intérprete y empezar a decir que no», añade.

De época

La última apuesta de la cadena pública vuelve al Madrid de los años 30. ‘La Moderna’ está basada en ‘Tea rooms’, novela publicada en 1934 y una de las más conocidas de Luisa Carnés, una de las grandes escritoras de la Generación del 27. La autora se inspiró en sus propias vivencias como camarera en una pastelería madrileña. El libro es una crónica centrada en las experiencias reales de las mujeres de la época.

Una historia de mujeres valientes y obreras, que también ha servido de inspiración para la propia Gallego. «Mi padre se rebelaba con todos sus jefes cuando consideraba que maltrataban a un compañero por homosexual o por cualquier condición. Y yo eso lo he vivido. Mi familia no era de hablar, pero me han educado con sus ejemplos y acciones», se sincera.

Con el papel de Rosario, además, también tiene un recuerdo hacia su madre. «Mi mamá empezó a estudiar cuando yo era mayor. Era modista y también fue limpiadora después, pero estudiaba de noche. Ese ejemplo lo tengo grabado en los poros de mi piel. Era a ese tipo de mujeres a quien yo quería representar; gente humilde, pero con una grandísima dignidad», defiende la actriz.

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