Israel acusa a Hamás de no suscribir el acuerdo y retrasa el alto el fuego

Israel acusa a Hamás de no suscribir el acuerdo y retrasa el alto el fuego

La ansiada tregua entre Israel y Hamás se retrasa al menos 24 horas, hasta mañana. «La guerra continuará como siempre», anunciaron anoche fuentes del Gobierno hebreo, después de que trascendiera que el acuerdo aún no habría sido firmado por Hamás. Así lo confirmaron desde Catar, que está ejerciendo como mediador. Tel Aviv asegura que aún no ha recibido ni siquiera la lista de cincuenta rehenes que la organización terrorista está dispuesta a liberar a cambio de 150 palestinos encarcelados en prisiones israelíes.

Las últimas informaciones echaron un jarro de agua fría sobre la esperanza de abordar una nueva fase en la guerra en Gaza. A las diez de esta mañana -una hora menos en España- estaba previsto que comenzaran los cuatro días de tregua comprometidos y el intercambio de prisioneros. El acuerdo, una vez sea firme, permitirá que las armas callen por primera vez en la Franja desde el 7 de octubre, cuando Hamás mató a 1.200 israelíes en las comunidades vecinas. La ofensiva del ejército contra los radicales ha costado ya la vida a más de 14.000 palestinos.

Sin embargo, el asesor de Seguridad Nacional de Israel, Tzachi Hanegbi, afirmó anoche que la liberación de los rehenes no empezará hasta mañana. «Las negociaciones para la liberación de nuestros secuestrados están constantemente avanzando», agregó Hanegbi en un breve comunicado, sin dar más detalles.

Durante el alto el fuego, Hamás liberará al menos a cincuenta rehenes israelíes o con doble nacionalidad, todos ellos mujeres y menores de 19 años, y a cambio Israel excarcelará a 150 presos palestinos, mujeres y menores. Es un momento delicado, cargado de desconfianza y donde un mínimo error puede echar por la borda semanas de intensas negociaciones.

Netanyahu cedió a la presión internacional, sobre todo desde EE UU, y al clamor de las familias de los secuestrados y desaparecidos, y decidió aceptar esta pausa para dar prioridad a unos rehenes que hasta ahora permanecían en un segundo plano, eclipsados por la urgencia de la operación terrestre. El acuerdo dará un respiro a Gaza, donde han muerto más de 14.000 personas, la mayoría mujeres y niños, según el Ministerio de Salud, y trae una mezcla de esperanza y ansiedad a los familiares de los cautivos, que todavía desconocen la lista de los primeros cincuenta que volverán a casa.

Las dos partes confirman su compromiso, pero se ignoran los detalles prácticos de cómo se ejecutará, por lo que David Barnea, responsable del Mossad, viajó a Doha de urgencia para discutir cada paso con el primer ministro, Mohammed bin Abdulrahman bin Jassim al-Thani, adelantó el portal Walla. Hay muchas dudas y una enorme desconfianza, además de un problema grave al no haber confirmado Hamás de manera oficial el número de personas que tiene en su poder y las que están en manos de otros grupos palestinos. Israel estima que el número total de rehenes es de 240.

Entrega por fases

Se trata de un proceso por fases por el que los islamistas liberarán grupos de al menos diez cautivos por día. Cuando estos crucen la verja y se confirmen sus identidades, Israel dará la orden de comenzar a sacar de las cárceles a prisioneros palestinos, también por fases. Los rehenes serán ingresados en hospitales y allí se producirá el encuentro con sus familias.

Como cada vez que se produce un intercambio, los israelíes tuvieron la oportunidad de recurrir la liberación de determinados prisioneros ante el Tribunal Supremo, pero en esta ocasión este organismo rechazó la única petición recibida, lo que allana el camino al acuerdo.

Este pacto está diseñado para fomentar la liberación del mayor número posible de personas, por lo que la «liberación de cada diez rehenes adicionales resultará en un día adicional de pausa», apunta el comunicado del Gobierno de Tel Aviv, con un máximo previsto de cinco días de extensión. Esta cláusula es muy importante para la moral de las familias. Netanyahu dijo además que aquellos que no salgan en esta primera fase recibirán la visita del Comité Internacional de Cruz Roja (CICR) para consultar su estado de salud.

Catar está resultando clave para lo que ha denominado como «pausa humanitaria» y su Ministerio de Exteriores aclaró que durante el cese de hostilidades Israel autorizará «la entrada de un mayor número de convoyes humanitarios y ayuda de socorro, incluido el combustible destinado a necesidades humanitarias». El número de camiones diarios que podrán cruzar Rafah estará entre los doscientos y los trescientos.

Tanto Hamás como Israel han dejado claro que la guerra sigue y que esto es solo una pausa. El ejército no moverá sus tanques del interior de la Franja y parece que detendrá la actividad de sus drones en el sur de Gaza durante los cuatro días y en la parte norte, donde los combates han sido más duros, durante ventanas diarias de seis horas. Los islamistas aseguran que en estas jornadas los militares no podrán atacar ni detener a nadie, algo que no ha confirmado Israel.

La jornada previa a la entrada en vigor del alto el fuego estuvo marcada por el enterramiento de más de cien cuerpos en Jan Younis. El ejército devolvió a los palestinos los muertos que había desenterrado de una fosa común a las puertas del hospital de Al-Shifa y estos le dieron tierra en el centro de la Franja. Además, la Media Luna Roja confirmó que pudo poner en marcha la evacuación de los 250 heridos con problemas de movilidad que quedaron en Al-Shifa. Israel insiste en que el gran centro de operaciones de Hamás se encuentra bajo el que era el mayor complejo médico de la Franja y trabaja en la búsqueda de la red de túneles.

Enlace de origen : Israel acusa a Hamás de no suscribir el acuerdo y retrasa el alto el fuego