Premiada en San Javier y adorada por el público murciano

Premiada en San Javier y adorada por el público murciano

Los escenarios de la Región, y en especial el Romea de Murcia, uno de sus teatros preferidos, en los que siempre acabó sus funciones con el público vitoreándola en pie, saben bien la excelente actriz que fue Concha Velasco, que deja incontables buenos recuerdos en miles de espectadores que siguieron fielmente su carrera.

Sus mejores montajes han sido disfrutados en la Región, tierra a la que también estaba unida, además de por los vínculos familiares de su exmarido, Paco Marsó, con Águilas, por su estrecha relación con la familia Rabal. También por sus éxitos profesionales de la mano del murciano Ángel Fernández Montesinos, que la dirigió en montajes memorables como ‘Mamá, quiero ser artista’ y la obra de Eduardo de Filippo ‘Filomena Marturano’; su amistad con el expolítico socialista, y empresario teatral, José Manuel Garrido; lo feliz que la hizo recibir, en 2003, el Premio del Festival de Teatro de San Javier; o el estreno nacional en el Romea, en 1997, de uno de los textos que siempre soñó con interpretar, ‘La rosa tatuada’, de Tennessee Williams.

La actriz, que fue en varias ocasiones magistralmente iluminada en escena por el también murciano Paco Leal, nunca olvidó el enorme logro que consiguió en 2012: llenar el Auditorio Víctor Villegas de Murcia con un modesto montaje ideado para teatros, ‘Concha. Yo lo que quiero es bailar’, que programó con gran acierto el gestor cultural Alfonso Riera. La función con la que dijo adiós en 2021, ‘La habitación de María’, escrita por su hijo Manuel, también pudo ser vista en la Región.

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