Estado social y democrático de derecho. Fortalezas de futuro

En una jornada como la que hoy vivimos, se hace necesario recordar bien alto que las instituciones públicas tenemos el deber de mantener vivo el espíritu inspirador de nuestra Constitución, promoviendo este tipo de actos conmemorativos, con el objetivo de que no perdamos de vista la garantía de convivencia que nos ha deparado nuestra Carta Magna, y que sepamos transmitirla a las generaciones venideras.

Sin duda alguna, la Constitución de 1978 nos ha proporcionado el marco más largo de convivencia estable de nuestra historia, y los gobiernos locales hemos contribuido decisivamente a la consolidación de la democracia en nuestro país. Una conquista que debemos preservar con firmeza.

La conmemoración de la aprobación de nuestra Constitución es una fecha emblemática para los españoles. Un auténtico hito transcendental para nuestra historia democrática, fruto del consenso, del debate y del pacto entre las fuerzas parlamentarias elegidas democráticamente. Porque gracias a la Carta Magna tenemos garantizado el ejercicio de nuestros derechos fundamentales y libertades públicas en todos los sentidos, por la protección que nos brinda y porque nos ampara. Se trata de un texto que se ha hecho fundamental en el desarrollo democrático de la historia más reciente de nuestro país, un pilar fundamental de nuestro Estado de Derecho.

Siempre que celebramos el Día de la Constitución es buen momento para ensalzar, poner en valor y recordar los artículos que nuestra Carta Magna dedica a la configuración del ámbito local, como el tercer nivel de gobierno político con plena capacidad de decisión, de gestión y de gobierno, expresado en su artículo 140. El texto otorga a las administraciones locales los poderes esenciales para el correcto funcionamiento de la vida pública de los municipios.

En un contexto como el actual, cobra especial importancia recordar la Carta Europea de Autonomía local, ya que los gobierno municipales, durante casi medio siglo de democracia en España, han venido contribuyendo de forma fundamental al mantenimiento de la conciencia democrática de Europa y a la defensa de los derechos humanos. Es por ello que desde los gobiernos locales debemos ratificar nuestro compromiso con la Democracia y el Estado de Derecho, como pilares de la paz, la prosperidad y como máxima expresión de los valores de la ciudadanía.

Pertenezco a una generación que nació al amparo de nuestra Constitución y que ha visto cómo nuestro país ha progresado en democracia, en libertades y en los derechos que refleja nuestro marco legal. En definitiva, una España en paz, que ha ido fortaleciendo y mejorando los valores compartidos, que ha consolidado el estado de bienestar, la vertebración territorial y con administraciones como la local, más cercanas, inmediatas y eficaces, entre otros muchos logros.

Desde la pluralidad política que afortunadamente disfrutamos, la expresión de la diversidad ha de tener siempre como valor primero la Constitución, propiciando el entendimiento y la unidad como valores supremos, con respeto a los derechos fundamentales de todas y cada una de las personas. Porque todos tenemos el derecho y el deber de defenderla y la obligación de acatarla. La Constitución da sentido y orienta a la ciudadanía, a la que protege en su articulado. Un texto que ha marcado la hoja de ruta hacia las libertades, el diálogo y los derechos de todos los españoles, sin lugar a dudas.

Desde nuestro Ayuntamiento, desde Molina de Segura, y en representación de esta institución, puedo garantizar que desde el Gobierno local trabajamos cada día afrontando los retos de futuro con el único objetivo de mejorar la vida de nuestros ciudadanos. Porque todos los días hay que mejorar la vida democrática y, por supuesto, la de las personas. En eso debemos estar. En eso estamos. Y en eso estaremos, porque vamos a seguir trabajando duro para garantizar los derechos y libertades a todos los vecinos.

¡Viva la Constitución!