Elogios para el diplomático Pardos durante su despedida en Cieza

Elogios para el diplomático Pardos durante su despedida en Cieza

Los restos mortales de José Luis Pardos ya descansan en paz en el cementerio del Santísimo Cristo del Consuelo de Cieza, ciudad en la que el embajador pasó su infancia y juventud y a la que acudía cada año a pasar una temporada. Un sencillo acto frente a la capilla del camposanto sirvió para que algunos de los asistentes le rindieran un merecido homenaje recordando momentos y vivencias junto al erudito diplomático, dedicado toda su vida a la promoción de los derechos del hombre, la cooperación al desarrollo, el medio ambiente e internet.

Entre los asistentes estuvo el alcalde de Cieza, Tomás Rubio, quien lamentó la pérdida de uno de los ciezanos más ilustres. «El diplomático Pardos, precursor de la Fundación Los Álamos Valle de Ricote, era un hombre que desde su formación y cultura, estaba profundamente comprometido con su tierra y con los demás. Amante de la lectura, cofrade y enamorado de Cieza, echaremos de menos su amabilidad, su educación exquisita y su conversación, siempre inteligente», ensalzó.

La emoción embargó al que fue su amigo de alma en Cieza, el maestro Domingo Méndez, que apenas pudo mediar palabra. Tampoco lo hizo su no menos amigo Conrado Navalón, exprofesor de la Universidad de Murcia y actual presidente de la Fundación Los Álamos Valle de Ricote, de la que Pardos es y será siendo siempre presidente honorífico. «Un aprendizaje continuo con alguien que conocí por teléfono pero que continuó con una amistad que no ha cesado hasta ahora, dijo Belén Sánchez Luengo, bibliotecaria de la Universidad de Murcia.

Alfredo Jiménez, patrono de la Fundación, no dudó en afirmar que José Luis «era leal a la amistad». Dijo que fue alguien que lo adoptó y lo trató con afecto y generosidad. «Me quedo con su fuerza, su garra, con su entusiasmo y ánimo por aprender y dejar a Murcia en el lugar que le corresponde», subrayó.

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