Aterriza en Murcia el circo donde «hasta ir al baño es una experiencia»

Aterriza en Murcia el circo donde «hasta ir al baño es una experiencia»

Decenas de metros de luces con bombillas de colores, vagones originales de principios del siglo XX, cafetería de 1927, camiones de bomberos con toque circense, butacas con terciopelo rojo, instalaciones de hierro para los acróbatas y grandes focos en un escenario circular dentro de una carpa de casi diez metros de alto son los elementos del circo Raluy Legacy.

Con más de 100 años de trayectoria aterrizó esta semana en Murcia para estrenar su show ‘In art we trust’ este viernes 19 de abril hasta el 19 de mayo. Ya van por la sexta generación de circo que vive en las caravanas, donde van viajando, junto a una decena de vagones del siglo pasado, para ofrecer a los espectadores sus mejores espectáculos. Una vida ambulante cargada de expectativas, incertidumbre y novedad por conocer al público que alberga cada una de las ciudades que pisan.

Ya van por la sexta generación de circo que vive en las caravanas, donde van viajando, junto a una decena de vagones del siglo pasado

Actualmente el negocio familiar lo dirigen Louisa y Kerry Raluy, nietas de Luis Raluy, el fundador del circo-museo que ahora se mueve por todo el mundo: «Somos el único circo de España dirigido por dos mujeres», dice la primera de las hermanas. Aunque también juegan un papel importante las jóvenes Niedziela y Emily Raluy, hijas de Louisa: «Al ser de la familia hacemos un poco de todo». Cada día es diferente y, pese a preparar y realizar sus propias actuaciones, también colaboran y organizan todo el decorado cada vez que cambian de destino.

Su toque especial

Emily Raluy cuenta: «Nuestro sello de identidad son las caravanas de más de 100 años. Hacen que el circo sea un museo ambulante. El público puede visitarlas. Entran y está el mago que les recibe, el cómico que les pregunta, hay ‘stands’ de comida y luego está la carpa intima y cuca». Este decorado centenario que arrastran lentamente por las carreteras, incluso en barco cuando han viajado a países como Costa Rica, Madagascar o Martinica, se ha convertido en alguna ocasión en escenario para cine. «Siempre hay gente que viene a hacerse sesiones de fotos, pasarelas de algunas firmas de moda, presentación de películas como ‘Agua para Elefantes’, Bunbury, George Michel o también pedidas de manos», cuenta Niedziela, de la quinta generación de circo. Su hijos London y Emilia constituyen la sexta.

Pero además, no todo se queda en ‘atrezzo’. Destacan sus actuaciones aéreas, entre las que sobresale la de Louisa en una bola gigante colgada del techo. También llama la atención la ‘Rueda de la muerte’, donde a la altura de 10 metros un joven realiza acrobacias por encima: «Yo ya ni lo puedo ver», asegura Emily nerviosa. Lo que ocurre dentro de la carpa es un espectáculo de dos horas pensado más para jóvenes y adultos: «Hemos quitado la figura del payaso de toda la vida y ahora tenemos más actores o monologuistas», explica Niedziela.

El interior de la cafetería, en una caravana de 1927.

El interior de la cafetería, en una caravana de 1927.


M. A. Aznar

Nuevo público en Murcia

El circo Raluy, pese a tener su origen en Cataluña, ha pisado antes otros países que Murcia. Es la primera vez que pasan un temporada actuando en la capital de la Región y no saben qué se van a encontrar: «Estamos entre nerviosos y ansiosos porque nunca sabes cómo te van a recibir», explica Emily con incertidumbre. Esperan más adelante seguir en la Comunidad y que el circo llegue a Cartagena.

Y aunque preparar los escenarios y las actuaciones exige tiempo y esfuerzo, los integrantes del circo aprovechan para pasear y conocer los lugares que visitan. Niedziela se muestra interesada por la comida murciana: «Tengo una amiga que me ha pasado unos nombres raros de cosas para comer. Pensaba que era broma. Me ha dicho matrimonios, bicicletas y paparajotes», cuenta con cierta dificultad para pronunciar el postre murciano con una hoja de limonero.

El circo Raluy Legacy.

El circo Raluy Legacy.


M. A. Aznar

Detalles en cada esquina

En el recinto de Raluy Legacy todos colaboran para que a partir del día del estreno cada rincón esté impecable: «Una hora antes del espectáculo estará la gente aún poniendo cosas. Es un mundo de magia y de ilusión», indica Niedziela. El circo busca que los visitantes viajen al pasado y que todo vaya más allá: «Hasta ir al baño es una experiencia. Pretendemos que sea algo que no puedan ver en otro sitio».

A diferencia de los circos comunes, Raluy Legacy está enfocado en un público más adulto, aunque aseguran que a un niño también le va a gustar: «Aquí hacemos cualquier sueño realidad». El legado familiar se ha ido transmitiendo de generación en generación y Emily apunta que al circo le quedan muchos espectáculos por representar: «Nosotros veíamos el trabajo que hacían nuestros padres y abuelos con tanto amor y pasión, que eso se transmite. Esperamos que nunca muera este circo familiar».

Enlace de origen : Aterriza en Murcia el circo donde «hasta ir al baño es una experiencia»