‘Such Brave Girls’, humor autolesivo sobre todo y contra todo

‘Such Brave Girls’, humor autolesivo sobre todo y contra todo

Es difícil que ‘Such Brave Girls’ no impacte en sus primeros minutos. Y no porque contenga escenas de acción o un crimen escabroso, sino porque dinamita docenas de convenciones sociales en pocos minutos. Esta serie deja claro desde bien pronto que estas tres chicas no se callan nada. Especialmente lo que tenga que ver con el mínimo tabú, da igual si es sobre relaciones tóxicas, violaciones, identidad sexual, aborto, salud mental, usar a los demás como medios, o su tema favorito: el suicidio.

Son tres, pero no son iguales: Deb (Louise Brealey) es la madre, no por ello la más sensata ni la más normal. Se caracteriza por una firme convicción en el poder de lo práctico, sin sensiblerías, y es vox pópuli que prefiere a una de sus hijas sobre la otra. La elegida es Billie (Lizzie Davidson), y la despreciada Josie (Kat Sadler), la protagonista real. Entre las tres encontramos tres modelos de vivir totalmente desquiciados que se van pasando la pelota dialéctica a una velocidad vertiginosa y sin resolver nunca nada.

Los temas a tratar son los mismos que en cualquier serie adolescente, de eso no hay duda. Pero por una vez la forma de tratarlos es a la vez veloz y contundente. La manera de destruir los argumentos es increíble e incontestable. Y lo que queda es un reflejo maravilloso de la esquizofrenia moral actual que todos soportamos. Del impacto de ideas e ideologías, de los movimientos sociales que proponen utopías, del realismo duro y triste que las desmonta en muchos casos. El cacao mental que da la batalla en la cabeza de Josie es espectacular y es el gran hallazgo de la serie: vivimos en un mundo de información desaforada, de ideas amontonadas como en un scroll de cualquier red social que al final hacen que los cerebros rebosen y no se queden con nada. Hay por fuerza unas contradicciones espectaculares cuando basamos nuestra personalidad en frases hechas, muletillas y sentencias apocalípticas que le hemos escuchado a otra gente.

Josie (Kat Sadler) pensando demasiado en 'Such Brave Girls'.

Josie (Kat Sadler) pensando demasiado en ‘Such Brave Girls’.


RC

Y aún con todo, Josie es especialmente genuina. Tenemos la suerte de ver en acción a la creadora y mente maestra detrás de toda la serie. Quizás es exagerado decir que ha nacido una estrella, y fácil compararla con ‘Fleabag’ o ‘Girls’ (cada serie por un motivo). Un acierto para la BBC confiar en alguien tan joven, y otro acierto de A24 sumarse. En Estados Unidos la distribuye Hulu, y aquí Filmin. No solo es que sea la creadora, aunque no compartan apellido artístico, Sadler y Davidson son hermanas en la vida real. Y no podían ser más diferentes: en el personaje de Billie está lo peor de la inconsciencia, dejarse llevar por los impulsos, ser engañada fácilmente y engañarse a una misma todo lo posible, vivir por y para el amor romántico clásico más tóxico y amenazar con suicidarse quince veces al día. Josie es lo contrario, el pensar siempre demasiado, el darle mil vueltas a todo pensando siempre en cómo podrían salir fatal las cosas. Josie reflexiona —pero siempre demasiado— sobre su sexualidad, la relación con su novio, hermana y madre, sus problemas de salud mental, su futuro, su libertad. A Billie le da igual todo, pero Josie está especialmente afectada por este mundo loco e imparable en el que vivimos, lleno de mensajes estridentes.

Y toda esta pelea mental increíble pasa en pocos escenarios, una casa de suburbio inglés con poco dinero, un novio ridículo, otro que no hace ni caso, otro que solo a ratos parece un adulto funcional. Un día en el bosque, otro en un entierro. Un humor constante, negrísimo a veces, amable otras. Unas personas que necesitan calma y un abrazo, cada una por un motivo. Una serie que definitivamente se hace corta y pide más. Y una creadora a la que seguir la pista, aunque sepamos que el segundo paso siempre es complicadísimo.

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