Aprende a hacer un currículum para que el algoritmo te elija

Aprende a hacer un currículum para que el algoritmo te elija

Los expertos en recursos humanos aconsejan a quienes buscan empleo no tener un único currículum, por completito y mono que nos haya quedado. Dicen que no hay uno que valga para todas las ofertas, que lo suyo es adaptarlo a cada ocasión. Ajustarlo tanto como podamos a lo que esa empresa en concreto busca en ese momento porque los seis segundos que antes se decía que bastaban para que un reclutador descartara una candidatura son ahora milésimas. Hoy, antes de ser atractivo para los seleccionadores, nuestro currículum tiene que lograr la aprobación del algoritmo que éstos emplean para filtrar todas las solicitudes que recibirán.

Los software de automatización no son nuevos en los departamentos de recursos humanos. De hecho, tropezamos con ellos cuando nos inscribimos en cualquier oferta de empleo a través de un formulario ‘online’ proporcionado por la propia empresa que ha publicado la vacante. Sin embargo, ahora la Inteligencia Artificial ha hecho que los ATS (sistemas de seguimiento de candidatos, por sus siglas en inglés) sean una tendencia al alza y que haya empresas que incluso empleen chatbots para entrevistar a los aspirantes a un puesto.

«Es una tecnología que se puede utilizar sólo para realizar la criba inicial y también para clasificar esas candidaturas por especialización o habilidades para cuando surja la necesidad de cubrir un puesto con ese perfil. De hecho, en mi opinión es ahí donde, al menos hoy, tienen mayor eficacia. En las siguientes fases de la selección creo que tiene que usarse como apoyo y no como algo determinante porque hay conocimientos y sensibilidades que una máquina no tiene», explica Silvia Puente, responsable del departamento de Selección del Grupo Evolus, quien también destaca que cuanto más automatizado esté el procedimiento más fácil resulta para la empresa mantener informados a los aspirantes.

El primer vistazo

Es fácil imaginar las ventajas que para el reclutador tienen estos ATS. Una vez que se les dice qué tienen que encontrar en el formulario, sistematizan esa búsqueda para, de manera instantánea, aligerar la pila de currículums. Fuera todos los que no contengan los parámetros dictados por el algoritmo. Digamos que realizan el primer vistazo, ese que determina si una solicitud pasa a una segunda fase o va a la papelera, de modo que aceleran (y abaratan) el proceso de selección. Y como ya no hay miedo a juntarse con una cantidad ingente de candidatos, la compañía incluso puede permitirse colgar la oferta en diferentes plataformas o portales al mismo tiempo.

Pero, ¿y si no hay formulario y nos piden que adjuntemos nuestro currículum? ¿Cómo sortear entonces ese primer filtro para lograr llegar a ser evaluados por una persona? Pues muy sencillo; poniéndoselo fácil al robot. No se trata de engañarle, sino de asegurase de que identifique la información que le han pedido que busque.

«Lo fundamental es utilizar las palabras clave adecuadas, las que más relacionadas estén con el trabajo, el puesto, el cargo o las habilidades concretas que conlleve. Es como cuando pones un ‘hashtag’ en una publicación de tus redes sociales», aconseja la experta dejando caer un truco; releer la oferta para asegurarse de que empleamos las mismas expresiones a las que ha recurrido la empresa.

Dar con esas palabras clave puede ser sencillo cuando hablamos, por ejemplo, de una titulación académica o de un cargo con una nomenclatura específica, pero la cosa se complica si en cambio nuestra experiencia laboral no está homologada o, simplemente, carecemos de ella. «Esa empatía que tiene un reclutador ante el currículum de alguien que busca su primer empleo o que ha decidido cambiar de sector el bot no la tiene, así que para evitar que nos descarte hay que intentar colocar en apartados como los de habilidades, formación o intereses esas palabras que no podemos meter en nuestro historial laboral», matiza Puente.

La importancia de dar con la tecla crece si el robot además de separar los currículums se los ofrece al reclutador priorizando aquellos en los que haya registrado un mayor grado de coincidencia con los parámetros que le hayan dado. De ahí que no haya que temer resultar algo reiterativos al describir nuestras tareas en los distintos puestos o empresas si es que no hay un sinónimo muy estandarizado. Pero, ojo, hay que hilar muy fino; si empleamos esas palabras clave sin ton ni son pasaremos la prueba del algoritmo, pero el reclutador se dará cuenta enseguida de la artimaña. Al menos hoy, porque teniendo en cuenta que también hay ya bots que redactan currículums o localizan qué ofertas se ajustan a ellos para hacer un envío masivo, puede que pronto llegue el día en que un software supervise a otro.

Cómo regatear al BOT


  • Palabras clave:

    Debemos usar los términos más ajustados a lo que sabemos que va a buscar el bot en cuanto a titulaciones, cargos, idiomas, programas informáticos… Si hay abreviaturas de uso muy común –como FP, SEO o ADE– conviene incluirlas también. Ah, y ojo a la ortografía y las erratas (y no sólo en las palabras clave).

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