La Guardia Civil investiga un incendio en una vivienda con tres fallecidos en Ricote

Al lugar se movilizaron patrullas de la Policía Local, Guardia Civil y bomberos del Consorcio de Extinción de Incendios, además de varias ambulancias con personal sanitario del 061.

Al llegar a la vivienda, los bomberos encontraron que el fuego era incontrolable y se había extendido por toda la casa, de dos plantas. Como consecuencia del incendio fallecieron Alicia Abenza, de 88 años; su pareja Antonio Loureiro , de 91, y el hijo de la primera, Ángel José Turpín, que hoy habría cumplido 60 años. Al parecer, murieron intoxicados por el humo. El perro de la familia consiguió salvarse al salir de la casa en llamas.

Tras el levantamiento de los cadáveres, autorizado por el juez en funciones de guardia del juzgado de Cieza, los cuerpos fueron trasladados al Instituto de Medicina Legal de Murcia, donde los forenses les practicarán la autopsia, que revelará las causas exactas de los fallecimientos.

Investigadores de la Policía Judicial y un equipo especializado en investigación de incendios de la Unidad de Criminalística de la Guardia Civil que llegaron de Valencia estuvieron hasta bien entrada la tarde de ayer recogiendo pruebas y realizando una minuciosa inspección ocular. Los especialistas de la Benemérita se llevaron una puerta de la vivienda para analizar una inscripción que había grabada en la madera.

Fuentes cercanas a la investigación señalaron a LA VERDAD que todas las hipótesis sobre las causas del incendio están abiertas, sin descartar un accidente o una posible intencionalidad en el origen de fuego. Asimismo, existen indicios que apuntan a que el incendio se inició desde fuera de la vivienda, sin precisar los motivos.

«Intentó sacar a su madre»

El balcón de la casa de Alicia lucía ayer un estandarte ennegrecido con la estampa de San Sebastián, patrón de Ricote. «Fue costumbre en el municipio colocar en las casas de la gente este emblema del santo tras la pandemia», explica una vecina. Junto a la insignia, ondeaba calcinada también una bandera de España. «La pareja de Alicia fue militar y era muy patriota».

La noticia de la muerte de los tres vecinos corrió como la pólvora entre los residentes que no daban crédito a lo sucedido. Uno de los primeros en conocer la noticia fue Juan Trinidad Guillamón, que vive a escasos diez metros del lugar de los hechos.

«Escuché un ruido desde mi balcón a las dos de la madrugada y más tarde ya había mucho humo hasta las cinco de la madrugada que se disipó». Otra vecina afirmó que el hijo pudo haber salido de la casa, «pero intentó sacar a su madre, que estaba impedida, y murieron los dos abrazados».

Otra residente, muy afectada por lo sucedido, que prefirió no dar su nombre y que trabajó en la casa como empleada de hogar, sostuvo que «su hijo era muy bueno y se desvivía en todo momento por su madre».

Los vecinos consultados elogiaron a esta familia que era muy querida y conocida en la localidad donde llevaban viviendo muchos años. Alicia Abenza, que nació en Madrid, enviudó de su marido, el agricultor Ángel Tupín Cuadrado, hace unos doce años, y de su matrimonio nacieron cuatro hijos: Ángel, José y Óscar, que viven en Ricote; Alexi, en Molina de Segura, y Cristina, en Albacete.

«Era un encanto de mujer que vivió por y para sus hijos y una familia educada y querida. Alicia quería ser artista, estudió en el Conservatorio de Madrid, tocaba el piano y tenía uno grande en su casa. Otras de sus pasiones era pintar». Así la definen sus vecinos, cuyos padres, que nacieron en Madrid, se vinieron hace muchos años a Ricote, donde compraron la casa que ayer fue pasto de las llamas, en la plaza de Ricote, junto al Ayuntamiento, al comienzo de una estrecha cuesta. «Venía al pueblo siendo ya una zagala. Su padre trabajó en el ferrocarril y su madre fue modista de actrices en la capital, pero les gustaba mucho Ricote».

A la muerte del marido de Alicia, y desde el año 2020, ella vivía con su compañero Antonio Loureiro, gallego de nacimiento, al que conoció a través de internet. Alicia sufrió una caída recientemente y tenía la cadera lesionada, por lo que no podía moverse ni levantarse apenas de la cama; solo caminaba con ayuda de un andador. Residía en la planta baja de la casa, mientras que su hijo Ángel dormía en una habitación de la planta superior. Además, la mujer tenía una perdida casi total de visión por una enfermedad. Por ese motivo, era usuaria del servicio de teleasistencia.

Tres días de luto

El Ayuntamiento de Ricote decidió declarar tres días de luto oficial –desde hoy y hasta el domingo–. En esas jornadas, según explicaron fuentes municipales, la bandera de la localidad ondeará a media asta en todos los edificios municipales y se suspenderán todos los actos públicos oficiales. El Consistorio quiere con este gesto mostrar la «condolencia y solidaridad» de todos los vecinos con la familia de los fallecidos.