Shanidar Z, un rostro femenino con más de 75.000 años de historia

Shanidar Z, un rostro femenino con más de 75.000 años de historia

Investigadores británicos de las universidades de Cambridge y John Moores de Liverpool han logrado reconstruir el rostro de una mujer neandertal de unos 75.000 años de antigüedad gracias a los restos encontrados en la cueva de Shanidar, en el Kurdistán iraquí. Un lugar que estuvo cerrado durante casi seis décadas debido a la convulsa situación política del país asiático. En 2018, los investigadores pudieron acceder a ese lugar descubierto por Ralph Solecki.

Cuando se encontró la cueva, solo se halló la parte inferior del esqueleto. Pero en la reapertura, los investigadores hallaron los restos del cráneo, posiblemente aplastado por una piedra. Durante nueve meses tuvieron que estudiar 200 fragmentos óseos de Shanidar Z, bautizada así en honor al lugar donde fue encontrada, para formar el cráneo.

Una vez que todas las partes estaban en el Reino Unido, comenzó el complejo trabajo para realizar ese «enorme puzle». «Hay piezas con una consistencia similar a la de una galleta de té mojada», explica la paleoantropóloga de la Universidad de Cambridge, Emma Pomeroy, en el documental ‘Secretos de los neandertales’ que emite Netflix, produce la BBC y que narra todo este proceso grabado en 2022.

Una vez que el cráneo estuvo completado, fue escaneado en 3D y el modelo pasó a los paleoartistas neerlandeses Adrie y Alfons Kennis, que aplicaron capas de piel y músculos hasta conseguir la reconstrucción.

Menos diferencias

La cara, según indica Pomeroy, es bastante desproporcionada para su tamaño. «Posee unas crestas de las cejas bastante grandes. Creo que vestida con ropa moderna no la miraríamos dos veces», sostiene la paleoantropóloga británica. Shanidar Z tenía unos 40 años cuando falleció, según estimaron los científicos de Cambridge y Liverpool tras analizar el desgaste de los dientes y los huesos. «Una vida larga», según los estándares de esa época. También determinaron que medía un metro y medio tras comparar sus huesos con los humanos actuales.

Shanidar Z formaba parte de un grupo de cinco especímenes que estaban colocados detrás de una roca vertical en la cueva. Todos estaban en una posición idéntica y mirando hacia la misma dirección, lo que indica que los neandertales tenían una «tradición funeraria». «Se transmitió entre generaciones», explica el profesor emérito de la Universidad de Liverpool, Chris Hunt. «Hay un comportamiento intencionado, lejos de lo que explican los libros de texto de una vida corta y llena de brutalidad», añade el profesor.

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