Norris hace humano a Verstappen y toca por fin la gloria

Norris hace humano a Verstappen y toca por fin la gloria

La racha de victorias consecutivas de Max Verstappen acabó en Miami. Después de quejarse durante todo el fin de semana de que no iba cómodo, pero siendo primero siempre, clavó la rodilla ante Lando Norris, aunque con mucha fortuna para el de McLaren. El británico sumó, por fin, su primera victoria en Fórmula 1 gracias en buena medida a un coche de seguridad que entró en pista justo en el momento clave para beneficiarse por una parada en boxes, lo que unido a los problemas (que los tuvo, como muestran los más de cinco segundos de diferencia que le sacó Norris) del líder del Mundial le dio por fin la gloria. El tercero en el podio fue Charles Leclerc, que privó de esa gloria a Carlos Sainz.

El madrileño tuvo sus más y sus menos con Oscar Piastri, lo que le llevó a ser investigado al final de la carrera. Fernando Alonso, que salía decimoquinto, minimizó daños con dos puntos gracias al noveno puesto final.

Sin contar con Verstappen, que apenas tardó una vuelta en escaparse, los protagonistas de la salida fueron Sainz (que arrancó bien, pero acabó cediendo al intentar esquivar a Sergio Pérez), Leclerc (que arrancó mal, pero acabó recuperando) y Pérez (que no se sabe muy bien cómo arrancó, pero salvó un accidente claro pese a entrar pasadísimo en la primera curva). Fue un inicio frenético, en el que Leclerc se quedó corto cuando llegó el DRS y vio cómo un sorprendente Piastri avanzaba desde atrás para arrebatarle la segunda posición cuando se cruzaba la quinta vuelta de carrera.

En el inframundo de la parrilla, el protagonismo fue para los pilotos de Alpine, enemigos íntimos desde la infancia. Esteban Ocon y Pierre Gasly se picaron a ver si eran capaces de hacer una vuelta completa rueda a rueda, lo que benefició a un Alonso que, saliendo decimoquinto, necesitaba remontar en estos primeros compases de la carrera. No fue sencillo para él, ya que decidió ir en el primer compás de carrera con neumáticos duros, algo que ya probó el viernes en los libres. El rendimiento de los neumáticos y la mínima ventana de rendimiento le hizo tener serias dudas, tanto a él como a todos.

En este sentido, los problemas que tuvo Checo Pérez en el primer stint de carrera para asomarse al ‘top 4’ no se explican solo por esto, sino también por el plano que sufrió en esa pésima salida. Su desgracia le dio oxígeno a los Ferrari, como un Sainz que se enganchó al alerón trasero de Leclerc y este al de Piastri, lo que neutralizó la lucha por el segundo puesto. El español pidió por radio intentar algo distinto en lo estratégico, porque veía que ni siquiera con un eventual cambio desde el muro iba a poder acercarse al podio. Es más: los condicionantes de unas Pirelli demasiado duras hicieron que quedarse en pista fuera más competitivo hasta que se llegase casi al ecuador de la carrera.

Más por esperanza que por certezas, ver a Verstappen llevarse por delante el bolardo de la curva 15, una de las más peliagudas de este circuito, dejó claro que esta no fue una carrera cómoda para él. Ya lo dijo en la clasificación sprint del viernes, en la carrera del sábado y en la clasificación final, algo que no le impidió ser el primero en todo. Incluso sufriendo, el neerlandés se iba a llevar la gloria también este domingo.

La esperanza de ver al caníbal de Red Bull con alguna dificultad hizo crecer la esperanza en Ferrari y McLaren, con Piastri tomando las riendas de la carrera cuando Verstappen hizo su parada en boxes. Pero no fue él el gran beneficiado del incidente de carrera que marcó la segunda parte de la misma, sino su compañero. Y es que a Norris le llegó un oportuno coche de seguridad en el mejor momento posible.

El británico fue el último en plantear la parada para cambiar neumáticos, cuando en la vuelta 29, una después de que lo hicieran Piastri y Sainz, Sargeant se estrelló contra las protecciones después de ser embestido por el Terminator de este fin de semana, Kevin Magnussen. Mientras arreglaban las protecciones y sacaban el desgraciado Williams, el gran beneficiado fue Norris y fue posición real: cuando se fue el coche de seguridad, el McLaren era líder real de carrera, con Verstappen obligado a adelantar en pista por primera vez en muchas carreras.

Un final frenético, con susto de Sainz

Con ese inesperado giro de guión, por detrás hubo mucho más. Mientras Verstappen intentaba cazar a Norris, Sainz y Piastri se las tenían de todos los colores para pelear por el cuarto puesto. Hasta el punto llegó la tensión que el madrileño se salió de pista cuando estaba intentando pasar al australiano, sin éxito pero con investigación. Esta vez no fue castigado, algo que es noticia. Ni mucho menos acabó ahí la batalla, porque Sainz acabó arrebatándole la posición al de McLaren en la vuelta 40, con toque incluido (que dejó seriamente tocado el alerón delantero del australiano) y previa advertencia por radio a su ingeniero de que le dejara de dar la turra por la radio.

El incidente entre Sainz y Piastri benefició de manera inesperada a Fernando Alonso, que sin tener una carrera para recordar, se metió en el ‘top 10’. La buena lucha con adelantamiento final sobre Ocon, una pequeña victoria que le llevó al noveno puesto final.

Con Norris ya escapado para convertirse en el 114º piloto con al menos una victoria en F1, la emoción la pusieron Hamilton, que puso en riesgo el quinto puesto de Pérez hasta el final, y Sainz, que intentó acercarse a Leclerc por el tercero (y por el miedo a la eventual sanción). Un desenlace con final inesperado de un gran premio que no ha sido nada normal para nadie y que, salvo sorpresa, será un oasis en medio del reinado de Red Bull.

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