El arquitecto y académico Antonio Fernández Alba muere a los 96 años

El arquitecto y académico Antonio Fernández Alba muere a los 96 años

Antonio Fernández Alba, el primer arquitecto con plaza en la Real Academia Española (RAE) y miembro de la de Bellas Artes de San Fernando, falleció este martes en Madrid a los 96 años. Sobrio profesional y látigo de la arquitectura espectáculo, lamentaba «que el mercantilismo se apropie de nuestra arquitectura como de nuestra cultura». Suyas fueron las remodelaciones del Reina Sofía en Madrid y la Plaza Mayor de Salamanca, o el controvertido «tragabolas» de la estación de cercanías en la Puerta del Sol de Madrid.

Nacido el 17 de diciembre de 1927 en Salamanca, se graduó en 1957 en la Escuela de Arquitectura de Madrid y se doctoró en 1963. Cercano al grupo ‘El Paso’, sus primeros trabajos guardan relación con las corrientes organicistas de Frank Lloyd Wright y Alvar Aalto, maestro finlandés a quien trató en persona, como al estadounidense Louis Kahn, antes que casi nadie los conociera en España.

Su conocimiento técnico y su intensa relación con el mundo del arte marcaron la carrera de uno de los grandes arquitectos españoles de su tiempo. La restauración Monasterio del Rollo en Salamanca, su primera gran obra le valió el Premio Nacional de Arquitectura en 1963.

En una larga carrera firmó proyectos como el Campus de la Universidad Jaime I de Castellón, los Colegios de Nuestra Señora Santa María y de Monfort, el anfiteatro del Parque de las Naciones, el Centro de Investigaciones Biológicas de CSIC o el Tanatorio Municipal de la M-30, todos en Madrid. También la Escuela de Arquitectura de Valladolid, el convento de las Carmelitas Descalzas y el Colegio Mayor Hernán Cortés en Salamanca, además de la Casa de Cultura de Vitoria

Son ejemplares sus restauraciones del Observatorio Astronómico Nacional, la recuperación del antiguo Hospital San Carlos para su transformación en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (1980-1986), y la restauración de la plaza Mayor de Salamanca (1983). Polémica fue su cúpula de acero y vidrio para la estación de Metro y cercanías de Sol en Madrid, popularmente conocida como el «tragabolas».

Pero destacó también por su labor docente e intelectual. En 2006 ingresó en la RAE donde tomó posesión de la silla con el discurso ‘Palabra sobre la ciudad que nace’. Habló de «la postciudad», en la que la arquitectura «asume el papel de ser una industria en la que sus productos han sido desmaterializados de sus finalidades como principio organizador de la ciudad, en su sentido ético, estético y político».

«Las ciudades de hoy, en permanente evolución, convulsas en muchos aspectos, magníficas por la cantidad de conquistas técnicas, son indudablemente conflictivas en el ajuste entre la naturaleza y el medio técnico», aseguró tras su ingreso en la RAE. «El capitalismo salvaje está resolviendo anárquicamente los espacios, donde el ciudadano no cuenta más que como un número», lamentó.

Fue autor de ensayos como ‘Diseño, entre la teoría y la praxis’, ‘La crisis de la arquitectura contemporánea en España’, ‘Neoclasicismo y posmodernidad’, ‘Crónicas del espacio perdido (La destrucción de la ciudad en España 1960-1980)’, ‘La ciudad herida’.

‘Crónicas del espacio perdido’, ‘Domus Aurea’ o ‘Diálogos en casa de Virgilio’. En ‘Azules de otoño cerrado’ relató su periplo vital e intelectual hablando de arquitectura, filosofía, poesía, arte, del «espacio traslúcido del tiempo acelerado» al que dedicó su carrera.

Académico de Bellas Artes desde 1989, era catedrático de Elementos de Composición de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid y arquitecto honorario por los Colegios Profesionales de Colombia. Presidió el Patronato del desaparecido Museo Español de Arte Contemporáneo y fue patrono del Museo del Prado. Al Premio Nacional de Arquitectura sumó el Nacional de Restauración y la Medalla de Oro de Arquitectura del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España. Doctor ‘honoris causa’ por las universidades de Valladolid, Alcalá de Henares y Politécnica de Cartagena, entre 1984 y 1987 dirigió el Instituto de Restauraciones del Patrimonio Histórico Español.

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