‘Laly’, la perra que guía el camino de la periodista murciana Paula Pasqual

‘Laly’, la perra que guía el camino de la periodista murciana Paula Pasqual

Confianza y libertad para caminar por la calle es lo que siente la murciana Paula Pasqual, periodista radiofónica de 41 años que padece discapacidad visual y es usuaria de perro guía. Con más de dos décadas de experiencia con estas mascotas de carácter especial, Paula ya no se imagina su vida sin ‘Laly’, su fiel compañera cada día que sale de casa.

El perro guía se ha convertido en una parte fundamental en la orientación de Paula y este 24 de abril se celebra el día internacional dedicado a estos animales. Le ayuda a evitar los obstáculos, la avisa cuando hay un peligro y le indica si es mejor seguir por la acera o bajar a la calzada. Gracias al específico entrenamiento por el que pasó ‘Laly’ desde que nació, ahora puede ayudar a su dueña a experimentar mayor independencia al caminar que cuando llevaba un bastón: «El perro guía te da mucha libertad porque no tienes que estar pendiente de todo lo que te encuentras por la calle porque en verdad hay cien mil obstáculos».

Pero no solo se limitan a pasear sino que la ley establece que los perros guía pueden acceder a cualquier espacio público (taxi, cafetería, hoteles, etc.) a excepción de un quirófano y la UCI. En la Región de Murcia está permitido que estas mascotas accedan a espacios privados de uso colectivo como piscinas de urbanizaciones o clubes sociales, ya que son un imprescindible en la vida de muchos usuarios.

Le ayuda a evitar los obstáculos, la avisa cuando hay un peligro y le indica si es mejor seguir por la acera o bajar a la calzada

Con tan solo 6 años la labradora color beige de Paula está perfectamente entrenada para trabajar cada día cuidando los pasos que da su usuaria. No ladra, casi no se mueve y se sienta muy formal al lado si su dueña está quieta. Cuando se pone en marcha, el arnés al que va sujeta Paula «se convierte en una extensión más de su cuerpo». Sin embargo, no todas las personas que necesitan un perro guía pueden tenerlo con facilidad. Actualmente sólo «hay 30 usuarios que cuentan con uno en la Región de Murcia y poco más de 1.000 a nivel nacional», indica Paula. Además, hay una lista de espera de 450 personas y cada año salen 100 mascotas estrenadas de la única escuela que hay en España, la de Boadilla del Monte, en Madrid.

Esperando un perro guía desde los 18 años

Paula tiene discapacidad visual desde los 16 años a causa de un glaucoma y un desprendimiento de retina. Desde ese momento tuvo que adaptar toda su vida: «Ya no puedes abrir el armario y ver qué te pones», indica. Cuenta que «carecer de visión implica hacer las cosas cotidianas con diez veces más de esfuerzo». Por eso, ella tenía decidido que cuando cumpliese los 18 iba a solicitar un perro guía. Sin embargo, tuvo que cruzar el Atlántico y esperar 4 años, ya que el número de mascotas de este tipo que España pone a disposición de los usuarios no es suficiente para satisfacer las necesidades de los solicitantes.

Paula le coloca el arnés a 'Laly'.

Paula le coloca el arnés a ‘Laly’.


M. A. Aznar

‘Header’ fue la primera de las tres perras que Paula ha tenido como orientadoras: «Me fui a Estados Unidos y me traje a una labradora negra, Header, que estuvo trabajando hasta los casi 12 años». La periodista tuvo que traerse a su acompañante desde la Escuela de Rochester, en Michigan, gracias a la Asociación Internacional de Clubes de Leones, que le ayudó a cubrir los gastos. Desde ese instante Paula no se imagina volver a utilizar el bastón y tener que sortear cada obstáculo que se encuentra por la calle: «La diferencia de ir con perro guía e ir con un bastón es brutal, porque el bastón lo que hace es ir detectando obstáculos, es decir, te vas chocando contra cosas que vas encontrando. En cambio, el perro guía lo que hace es ir evitándolos».

La labradora negra se jubiló casi a los 12 años, la edad máxima que estipula España. Para otros países europeos son 10 y es algo que Paula pide que se cambie desde la Asociación de Perros Guía de Murcia, de la que es vicepresidenta. Más tarde llegó ‘Maya’ y luego la actual, ‘Laly’: «Son perros que están cansados, tienen mucho estrés y con la edad no tienen la misma capacidad de reacción». Como cuenta Paula, los labradores, pastores alemanes o golden retriever, que son los que se entrenan para estos casos, trabajan cada día y toman decisiones constantemente para que su dueño no esté en peligro.

El carácter tranquilo que desprenden estos animales y pelaje invitan a acariciarlos. Sin embargo, se debe evitar: «Cuando lleva el arnés, significa que está trabajando. Es su uniforme y tiene que ir concentrado. Si le tocas pones en riesgo a la persona que lleva el perro guía porque se distrae», explica Paula.

«No se debe dar comida tampoco, porque llevan una alimentación muy regulada a determinadas horas», asegura la periodista. «También hay personas que acercan a sus mascotas para que se saluden. No es de buena educación hacerlo si está trabajando, es un riesgo».

Entrenamiento de perros guía

Para llegar a ser perro guía es necesario que las mascotas se entrenen en centros que los enseñan a estar en ambientes sociales desde que son cachorros: «Pasan un año entero con una familia para habituarse al autobús, a las escaleras mecánicas o a los coches y que luego no les de miedo». Después, al llegar a su segundo cumpleaños, un entrenador «les enseña las cosas básicas de educación de cualquier perro» y luego un instructor se encarga de impartirles las nociones de lo que es ser perro guía. Por ejemplo, es necesario que sepan qué significa llevar el arnés puesto, pararse en los cruces o en los pasos de peatones y evitar los obstáculos casi sin que su dueño se dé cuenta.

Pasado este proceso de dos años, es necesario pasar un mes en Madrid o en la escuela de donde venga el perro, para que su futuro usuario se familiarice con él: «Al principio ‘Laly’ no quería saber nada de mí», explica Paula. Sin embargo, a base de paciencia el dueño y el guía se convierten en un solo equipo. La periodista reivindica que para estos cursos «deberían darse permisos retribuidos. Durante un mes no cobramos y no estamos de vacaciones, sino que es una necesidad».

'Laly', la perra guía de Paula Pasqual.

‘Laly’, la perra guía de Paula Pasqual.


M. A. Aznar

Según indica Paula, una mascota guía también exige mayor gasto que una convencional por su tipo de alimentación y por los controles sanitarios que «son más que los de un animal normal». Por ello, la Asociación de Perros Guía de Murcia sin ánimo de lucro ayuda a los usuarios comprando alimentos y fármacos al por mayor: «Así hace que sea más económico para los que necesitamos a estas mascotas». Además, desde ahí ayudan a concienciar a la sociedad impartiendo charlas en colegios o a cualquier colectivo que lo pida. Pueden ponerse en contacto con ellos a través del correo [email protected] y también aceptan donaciones en su bizum solidario 03631.

Tener a ‘Laly’ no es un capricho, «es una necesidad para la movilidad». Paula, tras 20 años con perros guía en su vida cotidiana no se imagina estar sin uno: «Yo no puedo estar sin perro guía, no sabría. Ir con uno te da mucha libertad, es una gozada, luego son una compañía estupenda, son un encanto».

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