El vuelo final de Olivier Masurel: «Excelente persona», «fabuloso piloto»

El vuelo final de Olivier Masurel: «Excelente persona», «fabuloso piloto»

«Era una excelente persona y un fabuloso piloto. Es una gran pérdida». El que así habla es Pascual Cantos, gerente del aeródromo de Matilla de los Caños, refiriéndose a Olivier Masurel, el piloto acrobático hispano-francés fallecido este domingo, tras recibir el impacto de un buitre contra la cabina de su avioneta. Regresaba del Festival Aéreo de San Javier, en el que había estado participando esa misma mañana y al que asistieron 180.000 personas. La aeronave, modelo Extra 300, con un diámetro de hélice de dos metros y una envergadura de ocho metros, impactó alrededor de las cuatro de la tarde a la altura del kilómetro 4 de la carretera CM-3012, en el término municipal de Alcázar de San Juan (Ciudad Real). Fue la propia organización del festival aéreo la que comunicó la noticia a través de las redes sociales, conmocionando al mundo de la aviación y del deporte.

Masurel se dirigía al Aeródromo de Matilla, donde tenía su base de entrenamientos hacía tres años. Allí todos los trabajadores y el resto de pilotos le conocían y apreciaban. Destacan de él su pasión y destreza, que lo convirtieron en una figura destacada en la escena acrobática internacional, pero sobre todo destacan su calidad humana. A sus 42 años, este piloto deja un impresionante legado en el mundo de la aviación, tanto en Francia, donde durante años formó parte del equipo nacional de Ilimitado, como en España. Actualmente formaba parte del equipo nacional de vuelo acrobático y ostentaba el título de Campeón de España en esta categoría reina, desde que en julio de 2023 destronara a Cástor Fantoba, todo un mito de esta modalidad con 12 medallas en su haber. También tuvo una destacada participación en el 31º Campeonato del Mundo de Vuelo Acrobático, donde obtuvo la Medalla de Plata por equipos representando a nuestro país.

Daba clases en EE UU

Vivía en Bayona, en el sur de Francia, y desde hace tres años entrenaba regularmente en el aeródromo de Matilla de los Caños. Llegó a esta pista vallisoletana de la mano de Beatriz Cantos, hija del gerente de este aeródromo, fallecida en diciembre de 2022 en un accidente con un ultraligero. «Olivier era muy amigo de mi hija. Se llevaban muy bien. Tenía aquí el avión hangarado todo al año y venía 4 o 5 días al mes a entrenar y se marchaba a Francia», explica Pascual Cantos.

«El domingo, a los pocos minutos de suceder el accidente, nos enteramos. Él era una persona excepcional, muy humilde y cercano y un piloto referente en la coreografía mundial. Tenía muy buena relación con todo el mundo, el trato era como de familia. Se encontraba muy a gusto con nosotros. Él era también instructor de vuelo y a veces daba clase acrobacia en EE UU, porque era excepcional», añade.

Para sus amigos y compañeros del aeródromo de Matilla de los Caños, el fallecimiento de Olivier es una gran pérdida. Dicen que era «una bellísima persona». Cuando se desplazaba desde Bayona para entrenar, solía pernoctar en un hotel de Tordesillas. «Estamos hechos polvo. Nos llamaron desde el aeropuerto preguntándonos si estábamos esperando la llegada de un avión y nos dieron su matrícula. Al decirles que sí, nos comunicaron lo sucedido. Nos quedamos conmocionados», explica uno de los pilotos de Matilla y amigo cercano de Olivier. «Él era muy extrovertido, pero lo más destacable es que, a pesar de lo bueno que era en lo suyo, era muy modesto. Cuando competía, no lo hacía contra el resto de pilotos; disfrutaba retándose a sí mismo. Todo su afán era aprender más cada día. En este mundo somos todos amigos, la competencia es muy buena. Le encantaba entrenar en Matilla. Es un aeródromo que le gusta a todos los pilotos de España porque el clima es excepcional, es una pista perfecta, muy larga y asfaltada. Lo tiene todo, por eso, Olivier aquí era feliz», añade este piloto.

Masurel era uno de los pilotos más solicitados en exhibiciones por su habilidad y valentía en el aire, que lo convirtieron en una inspiración para pilotos y entusiastas de la aviación. Se ha ido haciendo lo que más le gustaba, volar alto, y dejando un gran legado que perdurará.

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