Joselu mete en otra final de la Champions a un Real Madrid inmortal

Joselu mete en otra final de la Champions a un Real Madrid inmortal

El Real Madrid estará por decimoctava vez en la final de la Champions, la sexta en los once últimos años. Un registro extraordinario que da cuenta, una vez más, del asombroso manejo de la máxima competición continental por parte de un equipo asombroso al que nunca hay que dar por muerto. Ni siquiera cuando se ha oficiado el funeral y puesto el último clavo en el ataúd del finado.

En un partido crudísimo, los blancos vieron cómo reaparecían sus viejos fantasmas ante el Bayern y se alejaba el avión que debía trasladarles a Londres. El conjunto bávaro, espejo de su adversario en tantas cosas, sacó el manual de resistencia en el Santiago Bernabéu, el mismo que aplicó su oponente en la ronda anterior frente al Manchester City, e hizo frente a las numerosas embestidas de los locales con un Neuer inmenso.

El cancerbero, veterano de guerra, completó una actuación monstruosa para sostener a los visitantes frente al batallón de Ancelotti, abrumador por momentos pero sin tino, antes de que Davies, apuntado en la agenda de Florentino Pérez, pusiese al Bayern con un pie en Wembley y metiese al Real Madrid en el féretro. Pero los locales, irreductibles, emergieron un vez más de la tumba de la mano de un salvador inopinado. Joselu, puro ADN de La Fábrica, rescató a los blancos con un doblete y volvió a demostrar el espíritu inmortal de una escuadra que tiene más vidas que todos los gatos del mundo juntos. El gallego, suplente de lujo y candidato a fichaje del año por detrás de Bellingham, acordó la cita del Real Madrid con el Borussia Dortmund el 1 de junio y mantuvo vivo el sueño de la Decimoquinta.

Real Madrid

Lunin, Carvajal, Rüdiger, Nacho, Mendy, Valverde (Brahim, min. 81), Tchouaméni (Camavinga. min. 69), Kroos (Modric, min. 69), Bellingham (Militao, min. 99), Rodrygo (Joselu, min. 81) y Vinicius.

2

1

Bayern de Múnich

Neuer, Kimmich, De Ligt, Dier, Mazraoui, Laimer, Pavlovic, Sané (Kim Min-jae, min. 76), Musiala (Müller, min. 84), Gnabry (Davies, min. 27) y Harry Kane (Choupo-Moting, min. 84).

  • Goles:
    0-1: min. 68, Davies. 1-1: min. 88, Joselu. 2-1: min. 91, Joselu.

  • Árbitro:
    Szymon Marciniak (Polonia). Amonestó a Tuchel y Camavinga.

  • Incidencias:
    Partido de vuelta de semifinales de la Liga de Campeones, disputado en el Santiago Bernabéu ante 83.186 espectadores.

Lucía Thomas Tuchel dos estadísticas pavorosas para los intereses del Real Madrid en su hoja de servicios. No había perdido en ninguna de sus cuatro visitas previas al recinto de los blancos y había salido adelante en las once semifinales anteriores que sumaba en su carrera en los banquillos. A ese inmaculado historial, el Real Madrid opuso un ambiente espectacular y un rostro poderoso.

Lejos de la apocada puesta en escena en el Allianz, los blancos comparecieron en el Bernabéu con ardor e iniciativa. Tirado Vinicius en banda izquierda y con Rodrygo asumiendo la responsabilidad de percutir más por dentro, el cuadro de Ancelotti aportó corazón y cabeza. Un centro de Carvajal tras colada del lateral por el flanco derecho que se quedó sin destinatario y otra de Gnabry por el costado izquierdo del Bayern que corrió idéntica suerte sirvieron para decretar el inicio de las hostilidades entre dos escuadras que peinan canas en semejantes lides. De las botas del ‘2’, rebosante de raza, partiría también el primer chispazo con plomo auténtico en una refriega bravísima. Vinicius alanceó al palo y Neuer, inmenso, impidió que Rodrygo embocase el rechace a la red.

El susto, tremendo, no encogió a un Bayern que tiene el corazón de acero. Con Sané en el lado derecho, Gnabry en el siniestro y Musiala ejerciendo de enganche, el bloque teutón asumió el cuerpo a cuerpo con personalidad y oficio, pero sufrió pronto un contratiempo. Gnabry, eléctrico aunque quebradizo, se resintió y tuvo que retirarse antes de la media hora para dejar sitio a Davies. Tampoco pareció afectar el cambio de planes al Bayern, que amenazó con un voleón desde la frontal de Harry Kane, desviado por Lunin.

La mala noticia para el Bayern era la facilidad con la que Kroos mantenía activado el limpiaparabrisas del Real Madrid; la buena, que a los blancos les faltaba un punto de eficacia. Vinicius acarició el primero con un centro que se fue cerrando progresivamente, pero Neuer, felino, respondió a tiempo pese a que el esférico, al que Rodrygo no llegó por un uñero, le botó a traición.

Polémico desenlace

Cumplimentados los preceptivos quince minutos de tregua, los dos ejércitos retomaron la batalla idéntico fuego en el cuerpo. Vinicius, que abrió un latifundio caracoleando por banda izquierda pero no logró conectar con Valverde, y Davies, que buscó la escuadra sin suerte, mostraron la disposición de unos y otros a recrudecer el combate. Para entonces Tuchel ya debía haber tomado nota de que el principal punto de ciego del Bayern era Kimmich, consumido por la febril persistencia de Vinicius. El ‘7’, flamígero también para De Ligt, se echó el Real Madrid a la espalda y estuvo a un tris de desnivelar la balanza con una monumental entrega a Rodrygo que el paulista cruzó en demasía.

La suerte no acompañaba al ’11’, que se toparía poco después con una gigantesca estirada de Neuer a la salida de una falta lanzada con extraordinaria malicia. El arquero firmaría otra estratosférica intervención para cerrarle el paso a Vinicius cuando el brasileño avistaba la escuadra. El Bayern, sometido, resistió con extraordinario coraje y afiló el colmillo. Una pérdida de Rodrygo precipitó un contragolpe de manual culminado por Davies, que le cogió la espalda a Carvajal y fusiló al palo largo.

Trató de reponerse el Real Madrid, que llegaría a cantar el empate de inmediato, bien anulado por falta previa de Nacho sobre Kimmich a la salida de un córner. Ancelotti acudió a la experiencia de Modric y a la energía de Camavinga, mientras Tuchel reforzaba el abrigo del Bayern retirando a Sané para dar paso a Kim Min-jae y cerrar con cinco defensores. Quemó sus últimas naves Ancelotti llamando a filas a Joselu y a Brahim para redoblar el asedio y Vinicius, a pase de Rüdiger, dispuso de una excelente ocasión tras imponerse nuevamente a Kimmich, pero remató desviado.

Y cuando la suerte del partido parecía escrita, el guion burló al Bayern. Neuer, impecable hasta entonces, tiritó en un disparo sin excesivo veneno de Vinicius y Joselu recogió el regalo para envolverlo a la red. El Real Madrid, electrizado, apretó para evitar la prórroga. Y Joselu, con todas las piezas ya descolocadas en ese metraje loco en el que el Real Madrid se conduce como nadie, empaló el segundo para certificar, con suspense y polémica por un gol anulado al Bayern por fuera de juego que desencadenó la cólera de los bávaros, otra hazaña del Real Madrid en su torneo fetiche. Incluso dejó en ‘pecata minuta’ lo del City de hace un par de años. Así se las gastan los de Chamartín.

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